
una lápida de cobre la cubre,
las lágrimas, adornan la corniza
muere, en la tarde curiosa de octubre.
Desangra la pena junto a la briza,
inmóvil , con la mirada lúgubre,
piensa tranquila junto a la cobriza
queda atrás, ese mundo que la cubre.
Las horas se han llevado su recuerdo
un concierto esperanzado de trinos
alienta el alma, insomne de cantares.
El tiempo confiscando sus acuerdos
se niega a las pisadas sin destinos
mañana, habrá olvidado sus pesares.
Verónica ®
lunademayo
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