De la pera de Crústume tu boca
tiene el tono perfecto en su color;
sin embargo, el sabor
no saber me trastoca.
De la pera de Siria tus guedejas
han el mismo matiz e intensidad;
pero tú, en puridad,
¡ni tocarlas me dejas!
Hasta cuando te vas y te desplazas
tiene forma de pera tu figura
que de mí ¡ay! no cura
¡pues me das calabazas!
Acabóse, mujer, esto es el colmo,
y aunque seas la pera más sabrosa,
me será mejor cosa
¡pedir peras al olmo!
La estrofa alcaica fue introducida por el poeta Francisco de Medrano: se trata de un cuarteto en el cual los dos primeros versos son endecasílabos y los dos últimos heptasílabos (11A, 11B, 7b, 7a).
Crústume = ciudad en la Umbría italiana cuyas peras son rojas.
Trastocar = trastornar, perturbar la razón.
La pera de Siria es de color castaño oscuro.
Guedejas = cabellera larga.
En puridad = claramente, sin rodeos.
No cura = no hace caso, no presta atención.
Dar calabazas = desairar o rechazar una mujer a quien le requiere de amores.