Siento envidia del mar porque te abraza
mas él me envidia a mi porque te sueño.
Envidio que al tenderte tu en la playa
las arenas se pegan a tu cuerpo;
Si la playa se queda con tu huella
ella me envidia a mi por te espero.
Envidio que la brisa te acaricie
y juegue y se divierta con tu pelo.
Pero ella al fin se calmará al ocaso,
y yo haré que tu peine sean mis dedos.
Envidio las miradas indiscretas,
de la luna al desnudo de tus pechos.
Mas que envidie la luna mi fortuna,
que yo voy a cubrirlos con mis besos.
Que me envidien el mar, la playa, el aire
y me envidie la luna. Todos ellos
te han tenido, rozado, acariciado,
han sentido el contacto de tu cuerpo.
Pero sientan envidia aún en mi ausencia,
porque tu estás en mí, porque te quiero.
Madrigal