11 de Marzo del 2004 de Maru Aparicio Carreño
Publicado: Dom Mar 11, 2012 21:41
11 de Marzo del 2004
Ese día lloró el Cielo sobre la tierra de España,
eran lágrimas de sangre, por el atentado cruel;
los corazones de todos iban vestidos de luto
porque manos de asesinos sembraron llanto y dolor.
¡Cuanta esperanza truncada frente a la barbarie ciega,
cuantos ensueños perdidos que no tendrán realidad!.
Inocentes criaturas que marchaban al colegio…
jóvenes que iban a clase en su cotidiano afán…
mayores que madrugaron para ir a trabajar…
sus vidas fueron segadas por fanatismo y crueldad;
fueron muy pocos segundos para tan grande matanza,
para invalidar a muchos, para destrozar a mas.
Ciega locura insensata, barbarie premeditada,
Que energúmenos planearon, tan solo por hacer mal,
Que algunos seres cambiaron para provechosas miras
Ciertas sentencias divinas que dijeron recibir.
Es hora de que se busquen, las verdades escondidas,
que todas las religiones tienen de amor y de paz.
pues todos somos hermanos e hijos de un mismo Padre,
y son las mismas verdades las que unen los caminos,
que un día han de conducirnos, en armónica hermandad,
hacia el Reino de los Cielos, nuestra morada final. MARU
11 de Marzo del 2004
Ese día lloró el Cielo sobre la tierra de España,
eran lágrimas de sangre, por el atentado cruel;
los corazones de todos iban vestidos de luto
porque manos de asesinos sembraron llanto y dolor.
¡Cuanta esperanza truncada frente a la barbarie ciega,
cuantos ensueños perdidos que no tendrán realidad!.
Inocentes criaturas que marchaban al colegio…
jóvenes que iban a clase en su cotidiano afán…
mayores que madrugaron para ir a trabajar…
sus vidas fueron segadas por fanatismo y crueldad;
fueron muy pocos segundos para tan grande matanza,
para invalidar a muchos, para destrozar a mas.
Ciega locura insensata, barbarie premeditada,
Que energúmenos planearon, tan solo por hacer mal,
Que algunos seres cambiaron para provechosas miras
Ciertas sentencias divinas que dijeron recibir.
Es hora de que se busquen, las verdades escondidas,
que todas las religiones tienen de amor y de paz.
pues todos somos hermanos e hijos de un mismo Padre,
y son las mismas verdades las que unen los caminos,
que un día han de conducirnos, en armónica hermandad,
hacia el Reino de los Cielos, nuestra morada final. MARU
Ese día lloró el Cielo sobre la tierra de España,
eran lágrimas de sangre, por el atentado cruel;
los corazones de todos iban vestidos de luto
porque manos de asesinos sembraron llanto y dolor.
¡Cuanta esperanza truncada frente a la barbarie ciega,
cuantos ensueños perdidos que no tendrán realidad!.
Inocentes criaturas que marchaban al colegio…
jóvenes que iban a clase en su cotidiano afán…
mayores que madrugaron para ir a trabajar…
sus vidas fueron segadas por fanatismo y crueldad;
fueron muy pocos segundos para tan grande matanza,
para invalidar a muchos, para destrozar a mas.
Ciega locura insensata, barbarie premeditada,
Que energúmenos planearon, tan solo por hacer mal,
Que algunos seres cambiaron para provechosas miras
Ciertas sentencias divinas que dijeron recibir.
Es hora de que se busquen, las verdades escondidas,
que todas las religiones tienen de amor y de paz.
pues todos somos hermanos e hijos de un mismo Padre,
y son las mismas verdades las que unen los caminos,
que un día han de conducirnos, en armónica hermandad,
hacia el Reino de los Cielos, nuestra morada final. MARU
11 de Marzo del 2004
Ese día lloró el Cielo sobre la tierra de España,
eran lágrimas de sangre, por el atentado cruel;
los corazones de todos iban vestidos de luto
porque manos de asesinos sembraron llanto y dolor.
¡Cuanta esperanza truncada frente a la barbarie ciega,
cuantos ensueños perdidos que no tendrán realidad!.
Inocentes criaturas que marchaban al colegio…
jóvenes que iban a clase en su cotidiano afán…
mayores que madrugaron para ir a trabajar…
sus vidas fueron segadas por fanatismo y crueldad;
fueron muy pocos segundos para tan grande matanza,
para invalidar a muchos, para destrozar a mas.
Ciega locura insensata, barbarie premeditada,
Que energúmenos planearon, tan solo por hacer mal,
Que algunos seres cambiaron para provechosas miras
Ciertas sentencias divinas que dijeron recibir.
Es hora de que se busquen, las verdades escondidas,
que todas las religiones tienen de amor y de paz.
pues todos somos hermanos e hijos de un mismo Padre,
y son las mismas verdades las que unen los caminos,
que un día han de conducirnos, en armónica hermandad,
hacia el Reino de los Cielos, nuestra morada final. MARU