inmenso muro en calma desvelada
donde los astros tienen su morada
mi espíritu es tan frágil cual pañuelo.
Levanta el vuelo en busca de su anhelo
y el paso firme en pos de su cruzada,
se prende en negra tela satinada
y llora como el agua de arroyuelo.
Consuelo quise yéndome tan lejos
y desterrar por siempre todo el luto
que el mundo cruel te pone sin complejos.
Quemé mis naves hacia lo absoluto
y en contra se volvieron los espejos
al encontrarme un ser tan diminuto.
Rybka.