
No fue el dinero quien logró dotarme,
ni los diamantes del primer presente,
ni tu palacio, ni tu hacienda ingente,
ni aquellas galas consiguieron darme,
aquel cariño que soñé ganarme
de un hombre fiel de gran pasión ardiente,
y que bebiendo el agua de su fuente
lograra con placer, de amor saciarme.
Sólo me has dado principescas fiestas
haciendo alarde de tu gran poder
contando a tus amigos grandes gestas.
Como un florero me quisiste ver,
pendiente nada más que de mis puestas,
y así olvidaste que además...soy mujer.