Sigo llevando en mi piel tu aroma (Endecasílabos)
Publicado: Lun Abr 27, 2015 08:09
Todavía llevo en mi piel tu aroma.
¡Más de dos mil años que yo existiera!
¡Dos mil años que en mi piel yo llevara
el sahumerio, fatales quimeras!
perfume que mi espíritu acibara,
y mis ojos de celos se maceran,
el haberte llevado otro hombre al Ara.
Otros dos mil años que yo viviera,
no sería el espacio suficiente
para borrar la caricia primera,
los halos que dejaron "tu simiente";
no aspirar tu esencia por donde fuera,
y no beber "el agua de tus fuentes".
Sé que existe viva la eternidad...
Pues mi amor será siempre sempiterno
porque lo celos no tienen edad,
porque vivo en este fatal infierno,
donde me llevó tu malignidad
y a este desconsuelo cruel y eterno.
¡Bendito este inmemorial sufrimiento!
Pues ni el fuego evaporó aquel aroma
que se empapó de ti en aquel momento
cómo sensible y cándida paloma
que dejo en el tálamo aquel portento,
y que se infiltró en todas mis neuronas.
Llevo el sabor de tus finas texturas
saboreando la miel del recuerdo;
soñando con tal celestial criatura.
Imaginando más loco que cuerdo;
que vivo en el "Valle de la Blancura".
Y no despierto, de ellos soy su siervo.
¡Más de dos mil años que yo existiera!
¡Dos mil años que en mi piel yo llevara
el sahumerio, fatales quimeras!
perfume que mi espíritu acibara,
y mis ojos de celos se maceran,
el haberte llevado otro hombre al Ara.
Otros dos mil años que yo viviera,
no sería el espacio suficiente
para borrar la caricia primera,
los halos que dejaron "tu simiente";
no aspirar tu esencia por donde fuera,
y no beber "el agua de tus fuentes".
Sé que existe viva la eternidad...
Pues mi amor será siempre sempiterno
porque lo celos no tienen edad,
porque vivo en este fatal infierno,
donde me llevó tu malignidad
y a este desconsuelo cruel y eterno.
¡Bendito este inmemorial sufrimiento!
Pues ni el fuego evaporó aquel aroma
que se empapó de ti en aquel momento
cómo sensible y cándida paloma
que dejo en el tálamo aquel portento,
y que se infiltró en todas mis neuronas.
Llevo el sabor de tus finas texturas
saboreando la miel del recuerdo;
soñando con tal celestial criatura.
Imaginando más loco que cuerdo;
que vivo en el "Valle de la Blancura".
Y no despierto, de ellos soy su siervo.