a un lado los he dejado perder,
algunos grandes y también pequeños
no me importan, no los quiero tener.
Ayer Abundaban y se agitaban
en un mar de ilusiones y esperanzas,
igual que la espuma se alborotaban,
naufragaron, surgieron añoranzas.
Pretendí cautivar incluso al viento
para en alas de un ruiseñor dejarlos,
pero fracase en este nuevo intento
prefiero ahora, mejor olvidarlos.
Pero da igual los deje en el pasado,
capté que se puede vivir sin ellos,
ahora sé es un reto superado,
ya no afligen ni inquietan sus destellos.
Aprendí contemplando el firmamento
que vuelan los sueños y llegan lejos,
les puse alas y se los llevo el viento
ya no regresan se han tornado viejos.
Original de

Colombia
Neiva, Miércoles 09 de agosto de 2017
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