Sí, lo soy por atender al pulso de la naturaleza, en lugar de los cantos de sirena de la sociedad.
Sí, defiendo que la ayuda no se compra ni se vende, sino se presta.
Sí, me emociona el retorno de una golondrina.
Sí, me indigna ver a un ser humano con las manos quebradas de la explotación.
sí, me duele el niño de mirada triste que cruza en mi camino.
Sí soy rara por pensar que la humanidad tiene esperanza mientras una persona lo crea.
Sí consigue embelesarme el sonido de una nota, el arrullo de un mar en calma.
Sí, no escucho las palabras porque me pierdo en la voz que las pronuncia.
Sí, soy rara por despertar a media noche, con la urgencia de un verso prendido en mi boca.
Sí, soy rara por creer que el corazón me da la libertad y la razón me la quita.
Sí, soy rara por vestirme de payaso para robar una sonrIsa amiga.
Sí lo soy por mirarme en unos ojos con la esperanza de verme reflejada en ellos.
Entonces, sí. Confieso que soy rara, y mientras quede en mi cuerpo un soplo de vida, lucharé por seguir siéndolo. Y por dejar constancia de ello.
Desconozco el autor.
Samira

