
¿ENAMORADAS Y MAL CORRESPONDIDAS?

Posiblemente algunas mujeres (y también algunos señores), piensen que dedicar un día o un mes del año en exclusiva al Amor y a la Amistad sea insuficiente y hasta “mercantilista”, porque cuando se enamora el corazón, (principalmente el de la mujer), todos los días son hermosos, llenos gloria, de dicha y de encanto. Son días tan llenos de amor y alegría, tan llenos de ilusiones, de sonrisas secretas y no tan secretas, tan plenos de miles de detalles para el ser amado, muchísimos sueños y planes bien abrazaditos al alma.
Pero cuando algunos planes no salen como nosotras lo esperábamos, cuando aquel bendito sentir que entregamos en cuerpo, alma, sentimiento y razón, no es correspondido como las mujeres quisiéramos, allí mismito sí que se nos viene encima la tormenta sobre el paraíso, sentimos que el mundo nos aplasta, nos ahoga y que ya no hay motivos para seguir viviendo. Nuestra autoestima se nos viene al suelo con todo y zapatos. Dejamos de soñar, de sonreír, de oler las flores, de aplaudir el canto de los pájaros, el aire nos asfixia, la angustia nos posee sin piedad, la desesperación se hace tan insoportable que hasta dejamos de mirar al cielo, perdiendo el ritmo y la comunión con la misma vida.
Estar enamoradas y mal correspondidas, es como vivir una quimera sin ninguna esperanza, de poder algún día, hacerla realidad.
¿Pero quién dijo, o dónde está escrito que los sueños, las ilusiones y las quimeras no se pueden hacer realidad?… ¡Por supuesto que sí se pueden hacer realidad!
Todo en esta vida es realizable amigas queridas, por más difíciles que parezcan las cosas, porque cuando se cultiva inteligentemente la virtud, el valor, la sabiduría, la tenacidad, la fuerza de voluntad, la paciencia, el respeto (que es índice de sana tolerancia), y por supuesto, la “FE”, que es sinónimo de seguridad y confianza plena, el panorama cambia porque nos cambia, es bien seguro.
Dicen que: “Querer es poder”, y yo opino que cuando el poder de la voluntad, abrazada de la fe y la confianza, es más grande que los inconvenientes que se nos puedan atravesar en medio del camino, la palabra: “Imposibilidad” desaparece, se borra de nuestro mapa como por arte de magia.
Pero desgraciadamente hay mujeres que quieren conseguir el amor de un hombre casi a la fuerza, se encaprichan, se devalúan, se denigran, se arrastran absurdamente, se fragmentan en miles de artimañas soeces y burdas con tal de ser reconocidas, aceptadas y amadas (qué tristeza significa para mí, tener que decirlo así), aunque no se les respete como tales.
¡Por Dios! ¿Por qué tenemos que llegar tan bajo para conseguir nuestros propósitos en materia del amor?
Pienso que hay otros muchos métodos, tácticas y estrategias, detallitos hermosos para seducir el corazón del hombre que nos interesa como pareja, y más si ya nos hemos enamorado anticipadamente de él… y el ingrato no nos corresponde, no da muestras de ningún interés especial, y ni voltea a vernos siquiera. Eso nos mata el alma, nos vampiriza todas las fuerzas mentales, nos entristece, nos sentimos apagadas, sin luz, sin fuerza para decir ni para decidir. No dormimos, no comemos, nos sentimos enfermas de tanta amarga reacción, no hacemos otra cosa más que llorar, llorar y llorar lamentándonos y sintiéndonos las mujeres más miserables del mundo:
“No me quiere”, “no le intereso”, “jamás se fijará en mí”, “soy muy poca cosa para él”, “Nunca llegará a ser mío”, “ni siquiera me hizo caso” “por qué no le gusto si me puse bien bonita para él”, “tanto que me sacrifiqué, y todo para nada”. Y la verdad es que sí nos crucificamos definitivamente al detonar la última sentencia: ¡Seguro que anda con otra mujer!
Y Hasta puedo atreverme a jurar que cuando ya hemos hecho de todo para conquistar el corazón de un hombre, algunas mujeres nos hemos sentido alguna vez por lo menos en la vida, unas viles cucarachas, con ganas de que alguien pase y nos aplaste con un pié. ¿A poco no?. Es muy triste llegar a tal grado de frustración amigas queridas.
Creo sinceramente que ningún hombre es tan perfecto como para no cometer un error, y si no nos quisieron en su momento, si ni siquiera quisieron conocernos ni voltear a vernos, si no le interesamos como mujer, si nunca se fijó en nosotras, aunque nos hayamos puesto nuestra mejor gala y nos hayamos vestido con la mejor sonrisa, la mejor atención, los más hermosos y profundos gestos de amor, seguro que cuando llegue el día en que él se sienta exactamente tal como él mismo nos dejó, abrazadas a la ilusión, o vestidas y enamoradas (por no decir vestidas y a alborotadas), mhhh… ¡Me canso que entonces sí, el enamorado será él!.
Y en la mayoría de los casos sucede que cuando ellos regresan a buscarnos, nosotras ya hemos dejado de amarlos. ¿Les ha pasado eso amigas? Comentémoslo por favor, sería un tópico interesante para compartir.

Autor: "Doral"
(Derechos Reservados)
Diseño: "Doral"
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