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MUJER; ¿SECUESTRARON TUS PENSAMIENTOS?
Hablar de secuestros, amigas queridas, ya son palabras mayores, y vamos a enfocar este tema, precisamente en esta tónica que resulta importante e interesante desglosar de manera urgente, profunda y sincera, con el ánimo de incursionar un poco más en lo que ya nos resulta muy conocido: “El estancamiento de emociones y sentimientos que permanecen y yacen cautivos en la mente y a veces hasta en el corazón de una mujer que no puede (por más que quiere), deshacerse de esas ansiedades obsesivas y enfermizas de una razón atormentada, que le impide ser feliz, aún teniendo motivos suficientes para serlo.”
Se dice que para poder trascender cualquier circunstancia dolorosa de la vida, es menester estar dispuestos a la auto-observación y analizar introspectiva, serena, detenida e íntimamente en lo más hondo de la conciencia el problema real y sobre todo, estar de acuerdo en arrancar desde su raíz el dolor.
Obvio que no es nada grato para una mujer, estar sufriendo en su interior y muy calladamente, esa monserga diaria de estar reciclando o girando de día y hasta de noche sobre el mismo círculo vicioso, pero no encuentra la salida, no encuentra la puerta de escape para liberar sus pensamientos de esa obsesión malsana que ya se está haciendo bastante añeja en su mente que no puede controlar.
La mente es como un burro cerrero, no entiende de razones, ni está dispuesta a dejarse domar ni controlar, y cuando se siente observada se esconde más del observador, que en este caso vendría siendo: La voluntad de auto-observación del ser humano que se atreve valerosamente a enfrentar sus propios pensamientos más ocultos, lacerantes y aberrantes, todo un circo, maroma y teatro que nos desajusta emocionalmente (perdemos el control), y no sabemos a veces ni qué ondas con nuestra vida. No sabemos cómo funcionar en ningún terreno de la vida. Nos incapacita totalmente para mantenernos sobrias y capacitadas para poder tomar las más asertivas e importantes decisiones de nuestra existencia.
Una mujer por ejemplo muy enamorada y mal correspondida que tuvo que terminar una relación por incompatibilidad de caracteres, falta de respeto, falta de atención, falta de integración, vicios, malos hábitos, errores del compañero que no está dispuesto a reconocerlos, que tampoco está dispuesto a dialogarlos franca y abiertamente. Ella sabe que si permite todo ese cúmulo de infracciones contra su dignidad, se convertirá en víctima principal de aquel sujeto que sólo la quiere para utilizarla, manipularla y manejarla a su antojo y caprichos a su favor.
Lógicamente esa mujer se sentirá decepcionada, frustrada, acosada, hostigada, y denigrada en lo más íntimo de su ser, y por ningún motivo, excusa o pretexto estará ya disponible para perder su tiempo con aquel hombre que la trata mal o que no la entiende, ni la comprende, ni la valora, ni la ama, ni la respeta. ¿cierto?.
Corta su relación por salud física y mental, pero no corta radicalmente sus sentimientos, ella sigue ilusionada y seguirá enamorada secretamente de aquel hombre que no la merece. Pero, ¿Qué pasa cuando cortamos una relación, o nos cortan cuando no accedemos a pretensiones ilusas, deshonestas, cínicas, burdas, y seguimos pensando en ese hombre, como si fuese el único hombre del mundo?
Ya no lo tenemos a nuestro lado, lo hemos retirado o decidimos retirarnos de él, para no lastimarlo ni lastimarnos, pero seguimos pensando en él. Él sigue protagonizando como un adonis nuestros sentimientos, no podemos olvidarlo, no podemos borrarlo de la mente, ni sacárnoslo del corazón, nos tiene atrapadas, presas, cautivas, perdidas en el bosque de la vida, nos sentimos vencidas, acabadas, destrozadas, devaluadas, encerradas en un callejón sin salida, o en un cuarto oscuro donde no podemos ver nada, y por más que arañemos las paredes de nuestra vida, no encontramos el swicht para volver a encender la luz y encontrar la puerta de emergencia y de salida.
Amigas queridas, qué triste es vivir cautivas de un pensamiento o un sentimiento añejo. Es horrible pensar que ya no hay nada para nosotras, que el amor ya se acabó, que la luz ya se apagó para siempre, que ya no habrá otra oportunidad para volver a querer a nadie más. Y hasta nos sentimos como viles cucarachas con ganas de que alguien pase y nos aplaste con un pié. ¿Por qué amigas queridas?, ¿Por qué tenemos que permitir ese tipo de intrusos en nuestro interior saqueando vulgarmente la fuerza, y la inspiración del corazón? ¿Por qué tenemos que admitir casi a la fuerza, como si fuese religión, una fidelidad tan íntima a quien no lo merece?.
Limitarse es anularse dicen, y que un clavito saca a otro ¿por qué no intentarlo?. En una cárcel amigas bellas, es el carcelero quien tiene las llaves para abrir las rejas de la prisión, y por si no lo sabían, es un verdadero crimen moral sacrificarse inútilmente de esa manera y dejar de vivir mujeres amigas; es empezar a morir que es lo peor de todo.
¿Prefieren dejarse morir por un falso amor, antes que intentar sacarlo de la mente y del corazón?. No hay peor lucha que la que no se hace amigas queridas, y si no lo intentamos, jamás sabremos de lo que fuimos capaces de lograr.
Autor: "Doral"
(Derechos Reservados)
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