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LAS CICATRICES DEL ALMA

La mujer de nuestro mundo amigas queridas, tan capacitada y preparada física y emocionalmente como está para enfrentar los más grandes retos de dolor, de estudio, de trabajo, de análisis, de esfuerzos y súper-esfuerzos constantes, y repetidos con tantos sacrificios, va minando su existencia poco a poco y dejándola al servicio del amor que siente por el hombre, la va fraccionando en mil pedacitos de su hermoso y poderoso corazón, y va dejando en cada corazón que le rodea, muchos trocitos de su alma sin pedir nada a cambio.
Es verdad, la mujer no pide nada a cambio para poder amar, para poder dar, para poder manifestar todo lo que es capaz de regalar, pero eso no indica que ella no necesite recibir algo a cambio de tanto amor, al menos respeto por todo lo que ella sabe brindar. Pero cuando no hay reciprocidad en el amor, ni respeto por todo lo que damos, allí se forma un conflicto emocional, un resentimiento, porque a fuerza de tanto dar, le salen a uno callos en las manos, callos en el corazón y grietas en el alma.
Por esas grietas del alma, la mujer enamorada y mal correspondida, supura ríos de dolor y mares convertidos en lágrimas. Cansadas de tanto esperar y tanto llorar, pernoctan noches enteras buceando por las profundidades de miles de pensamientos nocturnos: ¡Dios mío, cuánto lo amo!, “¿Por qué tuvo que suceder esto si yo nunca le di motivos?”, “La culpa la tuvo esa resbalosa y ofrecida que se le atravesó en el camino”, “Pero si él me hubiera amado de verdad como dijo, no le hubiera hecho caso”, “Es un desgraciado mujeriego, pero lo sigo amando”, “Tengo que hacer algo para que vuelva a quererme”, “¿Y si volviera a burlarse de mí?… etc.
Ay, mis corazonas de luz, cuántas penas tiene que tragarse a solas una mujer enamorada del amor, cuando idealiza a un hombre que no sabe valorarla, ni respetarla ni amarla. Pero lo que es peor aún, es que esas mujeres no la pensarían dos veces para perdonar a ese hombre infiel, mentiroso y falso, obviando sus deslices y volviendo inmediatamente a la cama con él, como si los problemas serios se arreglaran teniendo sexo con la pareja para tratar de retenerla.
Sí; ya imagino lo que muchas mujeres que lean esto, dirán: “Es que eso es cierto, todos los problemas se arreglan en la cama”… ¡PUES NO MIS REINAS QUERIDAS!, los problemas no se arreglan todos en la cama, sino que a veces allí los empeoramos, porque si bien nos va, hasta embarazadas podemos quedar de nuevo si nos descuidamos, y a ellos les vale un soberano cuete engendrar otro hijo más, que llegará a este mundo sin ninguna esperanza. ¿Y la mujer?… ¡Bien, gracias!, acumulando cicatrices en el alma.
¡Y cicatrices que duelen, que arden, que queman!… y que en cualquier momento o el menos esperado, pueden ser removidas con los recuerdos y pueden fácilmente volver a sangrar. Pero hay algo hermoso en el fondo de todo esto: El dolor también tiene su belleza oculta, porque gracias al dolor, también se puede aprender a exigir, a tocar puertas, a abrir caminos a nuestro entendimiento y ver de qué manera tan estúpida la estamos regando gacho (como dicen por allí), por qué insistimos tanto en seguir aferradas a algo o a ese alguien que nos está haciendo tanto daño en la vida.
Obviamente que para lograr esa hazaña, se requiere de una buena dosis de observación interna (insisto), de amor propio, de autoestima, de voluntad y perseverancia, ya que llevar cicatrices en el alma, es darnos cuenta que ya hemos pasado por uno, o dos o más dolores fuertes que nos dejaron marcas y grietas profundas que siempre serán un riesgo de volver a sufrir por las mismas causas o los mismos errores, mientras no nos decidamos a darle vuelta a la hoja del libro de nuestra vida.
Lo mejor y lo más ideal para la mujer que está sufriendo decepciones amorosas, sería que cada día nuevo empecemos a ver la vida con una nueva perspectiva, con más visión, con más opciones de ser feliz, y que nos atrevamos a incursionar en ámbitos distintos, cruzar nuevos horizontes, más allá de la rutina que nos estanca en todo crecimiento, y de esto sí me parece muy importe recibir y compartir valiosas opiniones, ¿os parece chicas?

Autor: “Doral”
(Derechos Reservados)
Diseño: "Doral"
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