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¿Se puede fingir un orgasmo?

Amigas queridas:
Hoy vamos a tratar un tema no menos delicado que muchos anteriores, pero muy digno de tratarse a fondo, con el ánimo de encontrar esos pequeños detalles escondidos que guarda celosamente la mujer que no apetece las relaciones sexuales con su compañero o con cualquier otro hombre. Pero otras sí lo desean vehementemente, y se entregan en cuerpo, alma, sentimiento y razón a su hombre, obviando mitos, pudores y tabúes.
No podemos negar que existen relaciones “de compromiso”, relaciones “forzadas”, relaciones “secas”, relaciones “dudosas”, relaciones de deseo “fingido” y relaciones que nada que ver, pues no comulgan con el corazón de la mujer.
Pero cuando la relación sexual se efectúa conjugando los sentimientos del corazón, con el deseo y la pasión, la mujer comulga gloriosamente con su hombre, entregándole sus virtudes más preciadas, y el acto sexual se vuelve un verdadero ritual de caricias, besos y sensaciones de alto nivel en materia de sexualidad humana.
Alcanzar el estado de clímax, u orgasmo, es un acto de dos: Uno que ama mucho, y otro que ama mejor. Pero se preguntarán muchas mujeres: ¿Por qué el hombre es capaz de eyacular grandes cantidades de semen en la vagina femenina y la mujer no?…
¡La mujer también puede eyacular!
La ciencia y la tecnología están tan avanzadas hoy día, que en materia de Sexología humana, ya no es desconocido ésto, ni tampoco lo desconocen los expertos de la medicina y la salud reproductora de la mujer, quienes sugieren que existe y asiste un gran porcentaje de razón al asegurar que la eyaculación femenina procede del tejido esponjoso, que envuelve la parte trasera del punto G, dicen es igual o casi similar a la próstata del hombre, y al ser estimulado el punto G, ese tejido segrega y escurre líquido por la glándula uretral. A eso se le conoce como eyaculación femenina y muy pocas mujeres lo saben.
De hecho se conocen muchos casos en que ni la misma mujer sabe, ni se da cuenta cuando ha alcanzado su orgasmo o múltiples orgasmos en una sola relación, a pesar de que su hombre, previamente se ha encargado de estimular perfectamente el clítoris y hasta su punto G. Ella busca más y más placer. La mujer en su necia fantasía, va mucho más allá del delirio, más allá del placer, más allá del orgasmo, más allá del éxtasis.
¡Ella quiere tocar el cielo con su elixir de amor, y entregárselo todo a su compañero!
La vagina femenina por lo tanto; puede encontrarse muy bien lubricada, muy bien preparada y dispuesta para el coito, pero algunos señores buscan señales más vitales, más sutiles, más obvias, más “encantadas” para cantar su gloria y sentirse el más “macho” de todos, o el más experto en calentamientos sexuales. Y la verdad amigas queridas es que la mujer posee una gran ventaja. Ella puede tener 4 o más orgasmos en una sólo relación, cuando el varón sólo alcanza uno y además, la mujer tiene más aguante en la cama que el propio varón.
Pero él, de hecho se siente un “campeón”, o un adonis cuando logra extraer los flujos vaginales, jugos o líquidos blanquecinos de su mujer, tan esperados, deliciosos y ansiados para él. Y la mujer multiorgásmica por supuesto, se siente realizada, se siente una real hembra en los fuertes brazos de su compañero.
¡Se sienten ambos tocar el cielo, como si fuese en la tierra!
Es un acto supremo amigas queridas, comulgar con la pareja de esta manera tan plena. Darse cuenta de la metamorfosis que se opera en el organismo femenino cuando después del orgasmo, la eyaculación de la mujer se encuentra, se mezcla y se fusiona con la eyaculación zoospermática del varón simultáneamente, o como comúnmente se dice: “Terminar al mismo tiempo”.
Sin embargo, no todo es color de rosa para miles de mujeres anorgásmicas en el mundo. Mujeres que padecen de frigidez, frialdad sexual o viceversa, eyaculación precoz (igual que algunos hombres), mujeres que refieren algún tipo de disfunción erótica-sexual, se las tienen que ver negras para complacer al compañero que pide, exige y reclama casi a gritos, su derecho a beber del elíxir sagrado. Mujeres que no segregan ninguna gota de líquidos ni claros ni blanquecinos.
Mujeres que sufren durante el acto sexual. Mujeres que en la cama desean con toda el alma sentir algo, un poquito aunque sea, pero que las condiciones les son adversas por alguna razón. Es tanta la necesidad y el anhelo de ofrecerle amor y placer al compañero, que hasta se las ingenian para fingir orgasmos que están muy lejos de sentir.
¡Es un sufrimiento atroz!
Pero hablemos también amigas queridas, de algo muy importante de señalar: ¿Qué pasa cuando la mujer utiliza su cuerpo para obtener algún beneficio propio fingiendo un orgasmo? ¿Se puede fingir un orgasmo, sin que el hombre se de cuenta de que aquella mujer no está sintiendo nada?
Espero sus valiosas opiniones.
Mis respetos y cariño.

Doral.

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