***Las 5 solteras más frecuentes***
Publicado: Dom Dic 02, 2007 22:51
***Las 5 solteras más frecuentes***
La escritora del libro “Monólogo de una Mina Sola” nos describe las solteras más típicas del escenario actual femenino. Una guía muy útil para ellos y entretenida para nosotras, que nos ayuda a ver en qué genealogía cabemos o entra alguna de nuestras amigas. Diviértete descubriéndolo.
¡Cuidado!, dice Valeria Shapira, pero si te encuentras con una soltera ‘agreta’, mejor sigue de largo. “Y un hombre tampoco estaría muy feliz de tenerla como pareja. Es agria, resentida y juega el papel de víctima, papel irritante si los hay”, señala. Asimismo, se toma el tiempo para advertir cuáles son los tipos más frecuentes de solteras en el mundo actual, sobre todo latinoamericano, como en Chile y Argentina, desde donde nos tipifica las solteras.
Sola agreta: Está resentida con el mundo de la pareja. Cree que es la única que se quedó sola en el universo y se avergüenza de su condición de tal. Resiente a los que andan acompañados por el mundo y quisiera erradicarlos de forma violenta. Le molestan las parejas que se prodigan arrumacos en público.
Soltera consuetudinaria: Nunca tuvo una relación formal, aunque alguna que otra alegría le haya devuelto su fe en Dios. Nunca conoció la vida de pareja, ergo no sabe compartir la cama, ni el baño, ni el helado del freezer. Por más que reniegue de su condición de soltera consuetudinaria, cuando aparece el elegido no quiere ceder un ápice de su espacio. Y vuelve a quedarse sola, en la más consuetudinaria de las soledades.
Solterita y sin apuro: Por lo general tiene menos de 30 y todavía puede darse el lujo de elegir. Una vez pasada la treintena y media, suelen quedarle como opción en el mercado los ejemplares masculinos de segunda selección y hasta los de feria americana, apolillados y con olor a naftalina. Estos especimenes suelen conservar en el cuerpo el perfume nauseabundo de la usuaria previa y en la psiquis, complejos arrastrados de relaciones anteriores. El ejemplar de outlet suele ser portador de vicios tan arraigados como difíciles de erradicar.
La sola acompañada: Es la condición más terrible de la mujer sola, muy palpable en las clases acomodadas adonde suele suplirse la pobreza de la compañía con una billetera regordeta. A la sola acompañada se la puede reconocer por su cara de aflicción y el inalterable rictus de su boca. Suele tener al cuello una medalla de la Virgencita de moda y varios muñequitos de oro de acuerdo a lo numeroso de su prole. La sola acompañada suele tener muchos hijos a cargo de muchas niñeras y un marido con muchas niñeras que se encargan de atenderlo en exclusividad.
La solterona: Lo es porque no le queda otra. Su soltería histórica tiene directa vinculación con su creencia de que no es merecedora de la atención de ningún espécimen masculino. De esta manera, convierte su visión apocalíptica en la profecía autocumplida y no hay macho que la corteje. La solterona tiene alma de institutriz victoriana, graves problemas de autoestima y una visión gris del universo. Fornica con su vibrador y conoce las mejores poses del Kamasutra porque ha hecho un doctorado en películas condicionadas.
Por Karen Uribarri Guzmán / Terra
La escritora del libro “Monólogo de una Mina Sola” nos describe las solteras más típicas del escenario actual femenino. Una guía muy útil para ellos y entretenida para nosotras, que nos ayuda a ver en qué genealogía cabemos o entra alguna de nuestras amigas. Diviértete descubriéndolo.
¡Cuidado!, dice Valeria Shapira, pero si te encuentras con una soltera ‘agreta’, mejor sigue de largo. “Y un hombre tampoco estaría muy feliz de tenerla como pareja. Es agria, resentida y juega el papel de víctima, papel irritante si los hay”, señala. Asimismo, se toma el tiempo para advertir cuáles son los tipos más frecuentes de solteras en el mundo actual, sobre todo latinoamericano, como en Chile y Argentina, desde donde nos tipifica las solteras.
Sola agreta: Está resentida con el mundo de la pareja. Cree que es la única que se quedó sola en el universo y se avergüenza de su condición de tal. Resiente a los que andan acompañados por el mundo y quisiera erradicarlos de forma violenta. Le molestan las parejas que se prodigan arrumacos en público.
Soltera consuetudinaria: Nunca tuvo una relación formal, aunque alguna que otra alegría le haya devuelto su fe en Dios. Nunca conoció la vida de pareja, ergo no sabe compartir la cama, ni el baño, ni el helado del freezer. Por más que reniegue de su condición de soltera consuetudinaria, cuando aparece el elegido no quiere ceder un ápice de su espacio. Y vuelve a quedarse sola, en la más consuetudinaria de las soledades.
Solterita y sin apuro: Por lo general tiene menos de 30 y todavía puede darse el lujo de elegir. Una vez pasada la treintena y media, suelen quedarle como opción en el mercado los ejemplares masculinos de segunda selección y hasta los de feria americana, apolillados y con olor a naftalina. Estos especimenes suelen conservar en el cuerpo el perfume nauseabundo de la usuaria previa y en la psiquis, complejos arrastrados de relaciones anteriores. El ejemplar de outlet suele ser portador de vicios tan arraigados como difíciles de erradicar.
La sola acompañada: Es la condición más terrible de la mujer sola, muy palpable en las clases acomodadas adonde suele suplirse la pobreza de la compañía con una billetera regordeta. A la sola acompañada se la puede reconocer por su cara de aflicción y el inalterable rictus de su boca. Suele tener al cuello una medalla de la Virgencita de moda y varios muñequitos de oro de acuerdo a lo numeroso de su prole. La sola acompañada suele tener muchos hijos a cargo de muchas niñeras y un marido con muchas niñeras que se encargan de atenderlo en exclusividad.
La solterona: Lo es porque no le queda otra. Su soltería histórica tiene directa vinculación con su creencia de que no es merecedora de la atención de ningún espécimen masculino. De esta manera, convierte su visión apocalíptica en la profecía autocumplida y no hay macho que la corteje. La solterona tiene alma de institutriz victoriana, graves problemas de autoestima y una visión gris del universo. Fornica con su vibrador y conoce las mejores poses del Kamasutra porque ha hecho un doctorado en películas condicionadas.
Por Karen Uribarri Guzmán / Terra