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¿PORQUÉ SIEMPRE ATRAIGO A LOS HOMBRES CASADOS?
En la infructuosa espera del ser amado, la mujer se desespera por encontrar al mejor partido para su vida, ese amor y compañero tan soñado y esperado de todo su ser. Su corazón anhelante suspira profundamente como inocente colegial noche y día preguntándose en su soledad: ¿Dónde puedo encontrar a mi hombre ideal? ¿Será que me voy a quedar solterona toda la vida para vestir santos? ¿Qué tengo que hacer para que se fije en mí?
No son pocas las mujeres del mundo, que en su larga cadena de soledad y sufrimientos por tener a su lado al hombre perfecto, recurren a las mil y una artimañas para conseguirlo: Unas buscan a “Doña Chole” pa’ que le eche las cartas, o que les haga un “trabajito”, otras ponen a “San Antonio de cabeza” en su cuarto, otras le prenden veladoras a San Juditas Tadeo pa’que les acerque a su amor imposible e inalcanzable, y otras… ¡Ah, Dios mío!, otras hasta se atreven a quitarle el marido a la vecina, o a la comadre, o a la compañera de trabajo, o a quien se deje, y hasta a quien no se deje, con tal de ya no seguir tan solas por la vida.
Ay, Señor… ¿Pero qué nos pasa mujeres?… ¡Por Dios!
¿Y qué decir de aquellas Damas que se avientan a la primera de cuentas con alguien que les halaga el corazón con un piropo por Internet…? ¡Aunque estén casados!, o vivan en unión libre con otra mujer. Se aventuran éstas mujeres porque creen que ya se les fue el tren, que ya no van a poder conseguir a su principito azul, y se conforman con el primer “chango con pantalones” que se les atraviese en el camino y les prometa ponerles su cuartito para vivir juntos, sin importarles nada, ni la esposa de éste, ni sus hijos, ni sus compromisos, ni sus deberes… ¡ni nada!.
¿Por qué poner los ojos, la confianza y el corazón en un hombre que ya está bien amarrado, y hasta por las tres leyes con otra? (la ley civil, la ley eclesiástica y hasta por la ley del monte) ¿qué acaso no hay más hombres en el mundo? ¿o será acaso que a las mujeres nos fascinan los hombres experimentados? ¿o las comodidades que nos puedan ofrecer y que casi nunca pueden cumplir?
¡Por favor… princesas soñadoras, ha llegado la hora de despertar!
Y despertar a tiempo amigas, que las cosas no son tan fáciles como parecen, ¿O qué?, van a conformarse con ser siempre: ¿platos de segunda mesa?, la mujer prohibida, la mujer oculta, la segundota, la querida, la amante, la mujer que vive en la sombra y que cuando le tocan la puerta tiene que asomarse por la ventana para preguntar: ¿Quién es?, y caray, hasta salir como usurpadoras del brazo de aquel hombre cínico e infiel, escondiéndose en las sombras para no ser vistas por el resto del mundo como si estuvieran robándole trocitos a la vida, ¿o la vida en trocitos a otra mujer?
¿Por qué los hombres casados son los más deliciosos? ¿será porque son prohibidos?
Una mujer solitaria lleva todas las de perder, si el hombre casado trata de atraparla con miles de detalles aduladores y palabritas seductoras, porque los polos opuestos no se atraen amigas, éso es un error, los polos opuestos, tarde o temprano… ¡SE ESTRELLAN!, la admiración para ellos, es la antesala de un equivocado o mal llamado “amor”, el amor verdadero nada tiene que ver con adulterios porque se basa principalmente en el respeto que es índice de sana tolerancia, primero con su propia pareja y su familia.
¡Ojo corazonas!… porque si ese hombre casado, que les propone unión libre, es incapaz de hacerse cargo y responsabilizarse de su propia familia, mucho menos podrá hacerse cargo de otra, hablando honestamente.
Y aparte: El hecho de que desees estar con ese hombre ajeno, y que a ti te guste enredarte entre sus brazos, o que te deleites hasta con su más tierna estupidez, o que aproveches hasta el cansancio los placeres prohibidos que él te da, o hasta que te empalague el alma con promesas inciertas, no significa que te ame ni que te respete como tú lo mereces, ni te garantiza una felicidad completa y eterna, éso es una farsa, un engaño, una burda y sucia jugada y burla descarada para sacar ventaja de tu buena fe, voluntad y de tu desamparo emocional, que quizá él aproveche para conquistar su propio beneficio y bienestar personal.
Y algo más ya para terminar; si ese bienestar recibido lo confundes con “Amor Real”, la urgencia por tener a ese hombre casado a tu lado y sentirlo tuyo, se volverá indispensable, una obsesión enfermiza que no te dejará vivir en paz, perderás tu dignidad, tu individualidad, y tu mente se desgastará pensando en él, y por simple inducción lógica, tú te habrás convertido en una… ¡Bienvenida al mundo de las adictas afectivas y conflictivas!
Piénsalo por favor, y te invito mujer amiga a que emitas tu opinión personal al respecto…
Autor: "Doral"
(Derechos Reservados)
Diseño: "Doral"
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