El Centinela de la Aurora

[Francessca]

EL CENTINELA DE LA AURORA
(cuasi transcripción de un cuento homónimo)




Hace unos años un grupo de hombres se retiraron a una estación científica del polo para permanecer durante diez meses, separados del mundo, hermanados por una pasión común: estudiar los fenómenos meteorológicos de aquella zona del planeta. Entre los técnicos había uno cuyo trabajo consistía en espiar las auroras boreales. Ya sabéis, esas fantásticas sinfonías de color que se producen en la atmósfera a partir de los doscientos kilómetros. Por su ocupación le llamaban «el centinela de la aurora».

Os lo podéis imaginar alerta en la larga noche polar, soportando la soledad y el frío mientras los demás descansan, espiando cada cambio de color, de intensidad, de forma, reteniendo en sus pupilas y en su corazón el espectáculo para poder transmitir a sus compañeros todo lo que había visto y observado.

Su nombre no se ha conservado. ¡Qué importa quién fue «el centinela de la aurora»! Su trabajo, su fidelidad, su desvivirse por ser testigo fiel, hizo avanzar el trabajo del grupo con los que formaba cuerpo... Eso es lo que cuenta.



Necesitamos hombres y mujeres apasionados por la verdad, que consagren su vida a buscarla y compartan con los demás la alegría de sus descubrimientos.

Dice Jesús: «... y cuando la encuentra, reúne a sus amigos y vecinos y les dice: alegraos conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido». Lc 15, 7

[Debo]

Gracias hermanita por siempre
compartir con nosotros

besos

Debo..