Carta de Despedida

[juancarcamo]

Aquella tarde en que besé tus labios sabiendo que jamás lo volvería hacer, supe que sería ese día nuestra despedida, yo te pedí que te quedaras conmigo, tú dijiste que no podías, que ya no me amabas, que ya no me podías querer, que no compartíamos los mismos intereses y solo me podías ver como un amigo…

Mi ya mal herido corazón por fin se rompió en mil pedazos y dejó de latir, aquel corazón herido al que tú prometiste sanar y curar todas sus heridas hoy le haces ¡una herida mortal!, de la cual no se podrá recuperar ¡jamás!

Nunca volverá a latir, jamás volverá a amar, y solo se dejará morir.

Te pedí que te quedaras a mi lado y que compartiéramos nuestras vidas, te entregué todo lo que tenía de amor, te lo di ¡todo! sin esperar nada de ti, tú dijiste no quererme lo suficiente para que se fusionaran nuestras almas, preferiste borrarme para siempre de tu mente y no quieres saber más de mí…

¿Cómo olvidar tus besos al atardecer que me invitaban a empezarte a querer? Gracias a ti, había renacido en mí algo que yo pensé que había desaparecido, ya jamás volveré a ser el mismo de antes, jamás volveré a querer, jamás volveré a hacer poemas, no volveré a regalar rosas, jamás podré amar…

Hoy por fin ha muerto el Mike que conociste, el Mike al que “quisiste” se ha marchado para nunca más volver, se ha acobardado en medio de su soledad, ahora me consume la tristeza, la soledad y el dolor por todo eso que dijiste, ahora ya no tengo más a quien amar, se me ha acabado toda la felicidad, intento distraerme, no quiero pensar en ti, trato de borrarte de mi pensamiento, ¡pero es en vano, todo intento!…

Estás aquí, presente en cada instante y recuerdo todo lo que vivimos, fueron momentos inigualables que revivo a cada momento, pero cada que los revivo me duele pensar que solo serán nada más un recuerdo...

Hoy me desperté temprano, quise vagar por el mundo para tratar de olvidarte, pero fue en vano, terminé llegando a los lugares que juntos visitamos, alguna vez pasé por el parque y los árboles me repetían tu nombre y me hacían recordarte…

Fui a la presa y al zoológico y hasta escuché a los animales nombrarte, otra vez visité el cine, los cafés, los bares, los restaurantes y en todos vi tu recuerdo, en todos los lugares me repetía, que no había estado ahí, a tu lado, que jamás te conocí, que jamás me enamoré de ti, que jamás te había besado, es momento de por fin…

Decirte adiós, de cerrar un ciclo que jamás debió iniciar…

No sé si debí conocerte porque ahora estoy peor que como estaba al inicio, estoy derrotado y sin ganas de seguir, porqué se han acabado mis ganas de luchar, ahora con mis sentimientos moribundos… ¡Ya no puedo continuar!

Me vence el cansancio, me invade la tristeza y la nostalgia encerrado en medio de estas cuatro paredes, paredes que fueron mudos testigos de todo nuestro amor y nuestra pasión, ahora son testigos de toda mi tristeza y todo mi dolor, me tratan de consolar diciéndome que tú volverás, y yo sé que no pasará, ya que hay orgullo en tu corazón.

Mi princesa, ya jamás te volveré a llamar así, fuiste la alegría más grande en el poco tiempo que estuviste a mi lado, me llenaste de bellos momentos, momentos llenos de felicidad y de amor, es algo que jamás tendré como agradecerte, ahora si, estás serán mis últimas líneas, mis últimos versos de amor, la última vez que te diga lo mucho que te amé y que te sigo amando, la última vez que sepas de mí...

Hasta siempre, mi princesa...

[RAMITA]

JUAN

Ahora si me dejaste al borde de las lágrimas, esta carta de despedida
me encongio el alma, es que cuando se ama con tanta intensidad
vaya como duele que vuelva la soledad.
Dejo mi admiración a tu musa, un abrazo

RAMITA