
En el jet, cuando cayó la noche, él le propuso a ella que cumplieran la hazaña de hacer el amor en el baño del avión. La señora se resistía, pero al fin él la convenció, y juntos fueron al cubículo.
Estaban haciendo lo que habían ido a hacer cuando sonaron fuertes golpes en la puerta. Un pasajero se había quejado por el largo tiempo que el baño permanecía cerrado, y la azafata fue a ver qué sucedía.
El hombre y la mujer se arreglaron la ropa con premura, y abrieron la puerta del cuartito.
-'Perdone, señorita' -dice con mucha pena la azorada esposa- 'Vinimos aquí porque...'
-'No se disculpe, señora' -la interrumpe la muchacha- 'Con usted no hay problema. Pero al señor ya es la cuarta vez que lo pescamos haciendo esto'