
me duele lo que me has dado,
mi sin razón, tu silencío,
y el incesante momento
en tu agonía otorgado.
Por ti estoy mortificada.
Mucho que no me explicaste,
hoy lo entiendo aunque no hablaste…
Te quiero con Fe sagrada.
Injusto es que hayas sufrido,
inmoral que te clavaran,
más vil que te asesinaran…
Ni algo de ayuda has pedido.
Eres rey de la Justicia,
enseñaste la bondad
a toda la humanidad,
ante toda la inmundicia.
Señor, si yo hubiera estado,
cuando te hicieron sufrir,
no te dejaba morir
ni te hubiese abandonado.
¿A cuántos asesinaron,
defendiéndote la vida?
¡Qué despreciables mentiras
cuando han dicho que te amaron!
Cuántos gozaron, Señor,
de tus pobres sufrimientos,
tú sabes que no te miento
si te digo que te odiaron.
Son millones que hoy te adoran,
tíenen lástima de ti,
muchos son a los que ví
lágrimas que no te lloran…