
Mar adentro
Puedo darte mil gracias Dios bendito
por todas esas veces donde pruebas
mi barca; naufragando purgo glebas
oscuras de pretérito maldito.
Cruenta guerra mordaz de mi inaudito
andurrial, tan malvado que repruebas
y al mismo tiempo cedes luz, enjebas
la coraza de mi hálito expedito.
Siempre la libertad concede gozo
al consentir amor que purifique
la esteba en mi difícil sotavento.
Reprimes compensando el barlovento
puliendo mi razón que dignifique
llegar hasta la orilla en alborozo.
Lima, 16 de Enero 2008.