Mensaje
por LuisPeru » Dom May 10, 2009 14:50
Hay un libro con el mismo título de este aporte: El Gobierno de Dios. Más abajo un extracto para saborear un poco de su contenido.
Quien quiera hablar conmigo, que venga a Mí, y le pondré la respuesta en su corazón.
Y quien me prefiere ante el mundo... quien me ama como una novia delicada ama a su novio, con él andaré cogido de su brazo. Él siempre me verá como un hermano al otro y como Yo ya le veía hace eternidades, antes de que él existiera.
A los que me buscan, diles que estoy en todas partes o en ninguna. Estoy en todas partes donde me aman y cumplen mis mandamientos, y no estoy donde sólo me rezan y me adoran.
¿Acaso el amor no es más que la oración, y el cumplimento con mis mandamientos no es más que una mera veneración?
De cierto te digo: Aquel que me ama me adora en espíritu; y aquel que cumple con mis mandamientos me honra verdaderamente. Sólo el que me ama puede cumplir con mis mandamientos... Y si me ama, ya no le afecta otro mandamiento que éste: que me ame a Mí y a mi Palabra viva que implica la verdadera Vida eterna.
A los débiles diles de mi parte que Yo soy un Dios poderoso. Que todos se dirijan a Mí y Yo los perfeccionaré. De aquel que caza mosquitos haré un domador de leones... pero el tímido destruirá el mundo... y los fuertes de la Tierra serán dispersados como la paja.
Los que poseen la Escritura y no la leen son como unos sedientos al lado de un pozo de agua muy pura, que no quieren beber porque en el sentido espiritual son unos hidrófobos, o es por una pereza innata; porque prefieren que ciertos siervos indiferentes les traigan el caldo asqueroso del charco más cercano, aunque este finalmente causará la muerte de todos ellos.
Si realmente fuera así como me pintáis, os digo que hace tiempo que la Tierra ya no existiría - es decir, ¡que nunca habría sido ni siquiera creada! Pero ante el hecho de que soy como soy, todo sigue existiendo como entonces y como siempre seguirá existiendo; e incluso vosotros seguiréis siendo lo que vosotros habréis hecho de vosotros mismos - y esto sin sentencia de perdición alguna por mi parte...
Pero aquellos que me toman por El que soy y que me aman como Yo los amo, de ellos Yo haré lo que ellos quieren, para que sus delicias y su libertad perfecta perduren eternamente.
Y a mis siervos diles:
¡Mis cargos no son oficinas de cambio! Porque aquel que me sirve a causa del dinero no me sirve por amor a Mí... Y el que no me sirve motivado por el amor, su servicio me es tan desconocido como Yo soy desconocido para él; con lo que entre nosotros las cuentas ya están claras...
¿Cómo podría ser un siervo fiel aquel que con descaro sin autorización del Amo vende los tesoros de Él?
Iscariote me vendió al menos por treinta monedas de plata, sin saber qué era lo que iba a suceder, porque estaba en la oscuridad y andaba perdido.
Pero ahora -ya martirizado, matado y resucitado- me podéis conseguir en todas partes y en cada momento a un precio tirado. Oh, ladrones asesinos, ¿con qué os voy a comparar? ¡Sois el engendro de dragones y culebras! ¿Así me servís? Ya por mi querido Pablo hice comunicar que aquel que sirve al altar también viva de él - pero, por supuesto, solamente tras las obras del amor que produce todo lo que es bueno... Pero vosotros no producís obras de amor... ¡Por esto sois unos ladrones y asesinos alevosos del Evangelio y de toda la Verdad!
Sabed: ¡Tal obra tal pago! El Amor no se consigue por dinero, sino únicamente por amor. Yo soy el Amor en sí - y no se me consigue sino mediante el amor... A todos vosotros os “compré” mediante el Amor, con lo que de todos vosotros no exijo otra cosa sino amor... De modo que el que me quiera servir, que me sirva en el amor - porque en el Amor morí por él en la cruz... Y quien quiera venir a Mí, que venga en el amor - porque mi Amor sangraba por él en la cruz...
A los funcionarios y señores del mundo diles con toda claridad: Sus cargos no son ni mucho menos de un rango más alto que los de mi Reino. Pero cada función que es contraria a la mía, dentro de poco la voy a destruir, y ¡ay de sus siervos!
Porque Yo soy el Supremo; mi Ley es eterna como Yo y seguirá siéndolo como Yo. La polilla que quiere carcomer mi Ley y que de sus excrementos quiere preparar leyes de las suyas para acabar con la Mía, será aplastada por ella con todo su peso y su rigidez, y será destruida como si nunca hubiera existido.
Cada uno de los que pecan contra mi Ley puede encontrar perdón - si reconoce su falta, se arrepiente de ella y mejora, y si luego se dirige a Mí y permanece en Mí como Yo permanezco en él. Pero el que quiere socavar mi Ley, a este le aplastará y acabará con él para siempre.
Todas las leyes mundanas socavan mi Mandamiento, a no ser que estén legislados en el ámbito de mi Amor por hombres que están penetrados de mi Espíritu. ¡Pero ay de los tiranos y déspotas que reinan para aprovecharse del mismo trono, del poder y de la estima!, porque su medida ya se está colmando, y no falta más que uno solo y experimentarán el poder de los débiles. El suelo es mío y el campo es mío...
Esto os dice el Verdadero, el eterno Dios del Amor y de la Sabiduría, y lo comunica a través de uno al que los sabios del mundo consideran un necio...
Amén. Yo, Jehová. Amén.
Extractos de
El Gobierno de Dios
Capítulo 1 al 2
Recibido por Jakob Lorber