(DICE EL DIABLO)
Con tu consentimiento destruiré los caminos,
beberé la sangre de un ángel inerte caído.
¡Desataré el terror de mi furia!
Contra aquel que me desafíe en el tiempo,
trastocaré la inocencia sin dudarlo un momento.
(RESPONDE DIOS)
Te daré mi consentimiento si construyes caminos,
y curas las heridas del ángel que se ha caído,
nunca desates la furia no sirve en estos tiempos,
y valora la inocencia que es el bien más excelso.
Con tu consentimiento levantaré barreras de odio,
que nos sumerjan en abismos donde no hay retorno,
donde las almas se inmolen y perezcan en el fuego,
y lo gritos de espanto se transformen en lamentos.
Te daré mi total consentimiento,
si distribuyes el eterno amor.¡Es el destino!
Rescata de los abismos a los que han perecido,
¡Apaga por siempre el fuego arrasador!
¡Que las almas no sufran, no se inmolen!
y veras que los gritos serán de júbilo
transformados en mil bemoles.
Con tu consentimiento arrasaré con la vida,
no quedara ningún templo en pie,
la devastación será exquisita y divina,
el hambre y el terror imperará a mansalva
internándose con maldad en cada morada,
preparando el camino para mi fastuosa entrada.
Te daré mi consentimiento
si tienes respeto por la vida,
los templos sagrados volverán a renacer,
y tú en ellos podrás tener cabida,
no existirá el hambre en el mundo
el terror será al fin desterrado,
cada casa esperará al Mesías sagrado.
Con tu consentimiento provocaré la guerra,
entre los pueblos pacíficos que habiten en esta tierra
los ejércitos se levantaran con sed de pasión y muerte
y las miserias humanas siempre estarán vigentes.
Te daré mi consentimiento
pero para que la paz impere durante siglos en la tierra.
¡Los pueblos vivirán libres y sincera paz interna!
No existirán los ejércitos solo guardianes del cielo,
y las miserias humanas serán expulsadas al infierno.
Con tu consentimiento te diré que disiento contigo,
te desafío aquí mismo ahora eres mi acérrimo enemigo,
seré Belzebù, Lucifer, Satanás un ángel negro caído,
desataré el Apocalipsis.¡Te arrepentirás de haber nacido!
¡Jamás te daré mi consentimiento!
para tus maldades dispersas por el mundo.
¡Estas lleno de odio! Y yo de un amor profundo.
Invertiré el Apocalipsis y la paz será permanente,
y montada orgullosa en el quinto jinete
la esperanza vivirá por siempre.
EURÍDICE CANOVA
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