1Corintios, 3:16 ¿No sabéis que sois santuario de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?
17 Si alguno destruye el santuario de Dios, Dios le destruirá a él; porque el santuario de Dios es sagrado, y vosotros sois ese santuario.
1Corintios, 6:19 ¿O no sabéis que vuestro cuerpo es santuario del Espíritu Santo, que está en vosotros y habéis recibido de Dios, y que no os pertenecéis?
20 ¡Habéis sido bien comprados! Glorificad, por tanto, a Dios en vuestro cuerpo.
Como leemos en esos versículos, nuestros cuerpos son templos de Dios, donde mora el espíritu santo, templos vivos espirituales, no frios templos edificados con materiales costosos.
El culto que pide Dios no es prácticas o ritos que encontramos en esos templos, sino lo que un cristiano lleva en su interior; somos de un linaje escogido para proclamar las grandezas del Dios Todopoderoso y de su Hijo, el Cristo, que nos sacó de las tinieblas llevándonos a su luz admirable alcanzando misericordia.
Los que creen en Cristo sirven al único Dios vivo y verdadero en su templo espiritual.
Nunca debemos descuidar "la casa de nuestro Dios": nuestro cuerpo.
"El que me ama, mi palabra guardará, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él" (Juán, 14:23)
LEONOR