AMADO NAZARENO.
Publicado: Dom Mar 21, 2010 21:58
AMADO NAZARENO.
Va paso a paso el Nazareno,
flagelado, sangrante y herido,
lleva amor en su mirar sereno
y el odio de un pueblo perdido.
Fustiga el látigo impío su cuerpo,
sagrada carne dispuesta al sufrimiento,
más a El no lo agobia el castigo intenso,
pero si su amado pueblo en pecado muerto.
Sus hombros cargan nuestra Redención,
en fría soledad de gente que le desprecia,
su piadosa boca clamado el silente perdón,
para todo incrédulo que su muerte acecha.
No hay lamento ni queja todo es ternura,
entre sudor y sangre cae besando el suelo,
el tosco madero que hace quebrar su cintura,
doblega sus fuerzas por el inclemente flagelo.
Angustiosa sed para el Creador de vivos manantiales,
sin alma piadosa que al menos refresque sus labios
sólo hay burla y desprecio de estos seres infernales,
que en su rebeldía sirven al averno y sus diablos.
Eres manso y noble Amado Jesús,
Inmaculado Cordero por mí inmolado,
¡No quiero ya más Pecar dame tu Cruz!
quiero cargarla por ti y morir a tu lado.
Tu agonía en el Calvario es nuestra salvación,
sin tu misericordia no hay alma no hay vida,
la muerte es vencida en Gloriosa Resurrección
y en tu infinita ternura no hay oveja perdida.
Quiero cargar tu cruz, no la de mi culpa,
pues mi execrable culpa has perdonado,
llevaré ese Madero instrumento Redentor,
para que en tu nombre se redima el Pecado.
Autor: Víctor A. Arana,
(VICTOR SANTA ROSA),
Cincinnati, Marzo 21 del 2010.
Va paso a paso el Nazareno,
flagelado, sangrante y herido,
lleva amor en su mirar sereno
y el odio de un pueblo perdido.
Fustiga el látigo impío su cuerpo,
sagrada carne dispuesta al sufrimiento,
más a El no lo agobia el castigo intenso,
pero si su amado pueblo en pecado muerto.
Sus hombros cargan nuestra Redención,
en fría soledad de gente que le desprecia,
su piadosa boca clamado el silente perdón,
para todo incrédulo que su muerte acecha.
No hay lamento ni queja todo es ternura,
entre sudor y sangre cae besando el suelo,
el tosco madero que hace quebrar su cintura,
doblega sus fuerzas por el inclemente flagelo.
Angustiosa sed para el Creador de vivos manantiales,
sin alma piadosa que al menos refresque sus labios
sólo hay burla y desprecio de estos seres infernales,
que en su rebeldía sirven al averno y sus diablos.
Eres manso y noble Amado Jesús,
Inmaculado Cordero por mí inmolado,
¡No quiero ya más Pecar dame tu Cruz!
quiero cargarla por ti y morir a tu lado.
Tu agonía en el Calvario es nuestra salvación,
sin tu misericordia no hay alma no hay vida,
la muerte es vencida en Gloriosa Resurrección
y en tu infinita ternura no hay oveja perdida.
Quiero cargar tu cruz, no la de mi culpa,
pues mi execrable culpa has perdonado,
llevaré ese Madero instrumento Redentor,
para que en tu nombre se redima el Pecado.
Autor: Víctor A. Arana,
(VICTOR SANTA ROSA),
Cincinnati, Marzo 21 del 2010.