Mi Ramita querida, en momentos como este, es reconfortante
recibir la compañía y aprecio de los que te queremos
y acompañamos a pesar de la lejanía
unidos en pensamiento y oración.
Francisco Antonio Cea Rebolledo, tu “papi” como lo llamabas,
partió a gozar de la Presencia del Padre
dejando entre sus seres queridos las semillas que con esfuerzo y tesón
sembró en ellos.
Difícil aceptar la realidad que viven en este momento
hermana querida pero tengo la certeza
que desde el cielo seguirá siendo guía para Uds.
y que su ejemplo y los valiosos recuerdos que guardan de él,
servirán de consuelo y aliciente para superar tan penoso trance.
Pido al Dios Bueno los fortalezca y les envíe
la Gracia de su Santo Espíritu para que por su Divina Misericordia
les llegue la conformidad y fortaleza
que tanto se necesita en circunstancias como por la que están atravesando.
Me uno con mis hermanos en la Fe a esta cadena de oración
con Fe y Alegría por la certeza de saber que el “papi”
está en el cielo prometido y que desde allí
seguirá velando por ti y por sus seres queridos.
Recibe hermana del alma en un interminable y solidario abrazo,
mi cariño, que a pesar de la distancia,
sé que lo sentirás como yo en este momento, profundo y fraterno.
Amor y Luz para ti y para toda tu familia que siento como mía Ramita bella.
Francisco Antonio Cea Rebolledo, descansa en Paz.
Contigo más cerca que nunca, tu hermana
Queta