Ojos que aún te miran.

[JOHN MANNY]

Comienza locamente mi conciencia a buscarte por sus pasadizos, mujer buena que algún día fuiste tú. Anhelo esos momentos en que te entregabas en cuerpo y alma para no cometer ningún error y poder seguir de esta manera mirándote con ojos tiernos y llenos de amor.
Corren mis sueños desesperados tras los tuyos, y cansados estos regresan al saber que ya no pensamos lo mismo; aunque no lo creas la esperanza no es vaga y no ha vendado aún mis ojos, está latente pero muy difícil de convertirse en realidad, pues el herido corazón enamorado se encuentra en mil pedazos y rodeados de misericordia por alguien que lo quiera cobijar, pero a la vez no quiere, siente miedo que otra persona lo puedo hacer suyo, pues se ha dado cuenta que tus manos son las únicas que lo llenaban de calor.
Extraño tu voz sabes, cuando me decías sinceramente Te Amo, pero recuerdo tus crudas palabras que tocaron mi alma fuertemente y marchitaron la ilusión, pero que fueron dulces para otras personas y que hasta hoy llevan esas palabras a viva voz.
Te Amo Mucho, te amé demasiado, se que hoy vivo el presente y deseo que tu también lo hagas, pues el pasado para mi fue lindo y maravilloso, ya que sumergir mi amor en tu lozano cuerpo era sinónimo de plenitud.
Tampoco digamos que yo nunca cometí error alguno, quizá fui el peor de lo tontos y el ser más egoísta que existe sobre la tierra, en eso puedes tener mucha razón mi amor, y agacho cobardemente hoy la cabeza, sinónimo de debilidad.
Hemos cometido mil errores que marcaron nuestro bello destino, marchitamos los campos, se morían nuestras rosas y sembrábamos más espinas, de las cuales llevábamos muchas cicatrices que hirieron demasiado y que aún atormenta la mente, alma y corazón. Soy sincero y te digo que entre todo lo malo que hayamos pasado, rescato el amor puro que me entregaste y rescato del gran tiempo que estuvimos mi eterna fidelidad.
Mujer del pasado, mujer que se pasea en mi presente, pero mujer que no mira conmigo el futuro, te deseo el mayor de los éxitos y mi más sincera bendición, pues eres creación divina y una bellísima mujer.
Descubre mil cosas nuevas te las mereces, goza de la vida y sonríele a ella, que mi corazón, mi prosa y mis versos desde donde estemos, recordaremos que por ti nacimos y nos hicimos maduros, un beso eterno desde aquí en mi mundo pequeño de temores para la chiquita que algún día fue mi más linda realidad.
Ojos que aún te miran como el gran amor que fuiste en mi vida, anhelan no perderte nunca de vista, sino que Dios me regale la bendición de encontrarte en todos mis horizontes, viéndote muy feliz.
Cuídate mucho preciosa, nunca te lo dije verdad, pero siempre serás el fruto predilecto que conquistó ciegamente mi corazón.