Para la mujer más bella,
ahora ilumina desde el cielo,
pues es una estrella...
Es mi madre...
Meses sin verla,
la espera era eterna,
mi madre llega y toca la puerta,
hace temblar mis piernas,
un veinte de diciembre vuelvo a verla,
no hay lagrimas en mis ojos como muchos esperaban,
sin palabras más que la bendición anticipada de sus labios a mis pensamientos,
note la alegría de aquella mujer al vernos,
siete hijos que con gracia se esmero en tenerlos,
una vida triste por culpa de sus cimientos,
un hombre falso en su vida destruyo sus sentimientos,
el amor que alguna vez sintió por el sexo contrario,
ahora seguía haciendo daño,
lo único en su mente trabajar para darnos,
lo necesario, lo pedido a diario,
momentos en los que fui inconforme,
en los que pedí más de aquello que necesite,
tiempos malditos en los que de mis hermanos me olvide,
cuando mi corazón era de piedra y era un inescrupuloso ser,
pero ella quién me trajo al mundo que me vio nacer,
que me vio crecer, que jamás olvido a su primer hijo, al cual brindo cobijo,
sin importar lo que yo hiciera,
me amaba e intentaba darme lo que yo pidiera,
yo no lo notaba, ella todo soportaba,
increíble que después de tanto tiempo me diera cuenta,
ella nos amaba con la capacidad de aguantar cualquiera calamidad,
presentada por esta realidad...
Si nos miramos a un espejo,
todo lo que vemos en ellos,
es fruto del temporal amor de dos seres,
quienes por naturaleza unen sus genes,
aunque traiciones acaben con sus anhelos y deseos,
a partir de ellos existiremos.
Si nos miramos a un espejo,
todo lo que vemos en ellos,
fue traído al mundo por amores incondicionales de momento,
las humanas bellezas impulsando a dos cuerpos,
no hay tiempo para pensar en lo que luego pasará,
simplemente la entrega de dos seres a su imperfecta humanidad...
Tras lagrimas ella nos abraza,
observa por completo la casa,
dice que la nota algo extraña,
el tiempo que paso aunque corto fue infinito,
en nuestros corazones nada se sintió finito,
todos sentimos a través del tiempo el lejano amor maternal,
en nosotros su cariño se sintió especial,
la calidez inapreciable a través de sus cariños se manifestó,
pronto quiso ir al cuarto donde conmigo compartía las noches,
donde yo le discutía con mis incalculables reproches,
no notó cambios, de inmediato a él se adapto,
mi dureza no me decía que hacer,
con mente fría olvide lo natural, mi ser,
era inevitable su calor, el a mi llegó,
sus latidos se unieron a los míos en un sólo ritmo,
de inmediato como un niño a sus brazos salte,
ella con naturalidad supo atender al bebe,
en el cuál momentáneamente me transforme.
Pasado el impacto de las horas que lloré a solas,
mis lagrimas de alegría ahora no demoran,
manifestándose hacia el lindo consuelo,
de tener un sueño acompañado por su regazo,
a mi vida ese día di un repaso,
aunque ignorando el futuro hice planes inseguros,
comenzó el joven ignorando a su corazón,
obviando,
el llamado del materialismo condenando,
hizo que esas lagrimas fueran secando,
los días pasando y en lo interno nuestras almas llorando,
por lo que ocultaba mi madre,
algo no sospechado por nadie,
sólo ella ocultando detalles,
de los cuáles habían sospechas banales.
Decembrinas épocas,
un 24 de fiestas,
ella en casa sin sacar aún todo de sus maletas,
compró a sus hijos lo que demandaba su propio silencio,
el mismo tiempo que nos separo,
un tan largo momento,
cobro venganza de tantos rotos sentimientos,
llegada la noche,
un momento para ella de derroche,
de dar todo por los seres que ella quiere,
no le importaba,
vernos felices era lo único que en su alma se notaba.
Si nos miramos a un espejo,
todo lo que vemos en ellos,
es un persona que tiene deseos,
que disfruta de pensar lejos,
en un futuro con destellos de felicidad,
junto a sus familiares sin importar cualquier otro detalle...
Si nos miramos a un espejo,
todo lo que vemos en ellos,
son reflejos de pálidas decepciones constantes,
de una vida que al final debe ir adelante...
La enfermedad apareciendo,
cuatro de la mañana el frió sacos desasiendo,
un parque y un silencio celestial,
un grito que aparece en cualquier lugar,
la voz de un familiar,
trae entre sus tonos mucha ansiedad,
me dice lo impensable,
mi alma interpreta: "Mama tiene un dolor incontrolable",
un salto,
escaleras quedan atrás,
corriendo con el sólo pensamiento de ayudar,
me dirijo hacia el lugar,
donde mi mama reflejaba con el cambio de color en su cara el ardor,
encuentro a mi mama expulsando gritos de gran dolor,
no podía comprender la situación,
de inmediato corriendo,
iba un taxi a buscar,
por la fecha no querían parar,
seguía esperanzado en alguno encontrar...
La fortuna o la casualidad ponen un carro en el momento,
de inmediato mi madre llevo al vehículo,
"Rápido al hospital con frialdad gritó",
en pocos minutos nos encontramos en emergencias,
es lamentable pero hay otros en cola de espera,
debí entenderlo todos sufrimos lo mismo y no exigimos cuando hacerlo,
el turno ha llegado,
el doctor revisando y el ignorante esperando respuesta del sabio,
"No tiene nada al parecer,
aunque para asegurarnos un examen debemos hacer",
otra espera y el dolor en ella sigue,
esperando los resultados,
esperar lo que se consigue...
Papeles en mano, no se leer con tanto tecnicismos,
el médico nos dice lo mismo "No tiene nada, no se encontró nada",
comprando unas pastillas para calmar en mi madre la razón de su fiebre,
En el momento en que escribo viva desearía tenerle...
Para mi madre,
lo más grande,
se que moriré sin olvidarle...
Un amor infinito.