Recuerdos: un invierno

[Myriam Angelica]

Era muy tarde en la noche. Su hermano y ella estaban acostados en su dormitorio que era una habitación pequeña, donde apuradamente cabían las dos camas sencillas y un velador. Junto a su cama había una ventana que en esa noche de invierno estaba firmemente cerrada... Entre los pies de las camas y la puerta no había más de unos dos metros. En ese espacio había un bello brasero de bronce, encendido, para entibiar la habitación.

Su madre estaba sentada a los pies de la cama de su hermano. Ella era una hermosa y joven mujer que lucía una espléndida cabellera castaño-rojiza y los ojos verde agua más cristalinos jamás vistos, brillando sobre el fondo de su piel blanca, suave y lechosa.

Era una noche de invierno con una lluvia interminable, que caía agresiva sobre el tejado. Era un invierno frío y húmedo. El viento ululaba entre los árboles del cerro. Su pequeña casa, construida para los empleados del municipio de la ciudad, estaba muy cerca del cerro Ñielol, el cual es un monte con mucho significado histórico en Temuco. Fue allí que se firmó el tratado de paz entre el gobierno chileno y el pueblo mapuche. Coincidentemente, su madre llevaba el nombre de la famosa mujer mapuche Fresia. Aunque cualquier otra semejanza era difícil de encontrar, en nombre y temperamento se parecían. Ambas impetuosas y ligeras de genio...

La puerta y la ventana del dormitorio estaban cerradas. Súbitamente su pequeño hermano, que dormía, empezó a vomitar. Ella trató de ir en su ayuda, pero no se podía mover para ver que le pasaba a su hermano menor. Vio que su madre trataba de calmarlo. Pero en ningún momento se dirigió hacia la puerta para pedir ayuda. ¿Estaban solos en la casa? Ella no lo recuerda.

Su hermano dejó de vomitar y pareció dormirse nuevamente. Ella estaba en medio de lo que era un sueño despierto, con conciencia, parecía una vigilia poblada de pesadillas. No recuerda haber vomitado o salido de su cama. No cree que su hermano y ella hayan tenido edad escolar. Su propia opinión es que estarían entre los 3 y los cinco años. El es un año menor que ella.

Repentinamente, después de un tiempo interminable, su madre se levantó y abrió la puerta. Tomó a su hermano en brazos y lo sacó del dormitorio hacia la sala-comedor. Pese al frío y la lluvia, abrió la puerta principal y las dos ventanas. Ella también vomitaba. No recuerda si su madre vino por ella al dormitorio o si permaneció en su cama, pero el hecho es que aquí estoy contando su historia. Sobrevivió lo que seria su primer recuerdo de un encuentro con la muerte.

Su madre lloraba, su hermano dormía y ella parecía estar en un estado de semi-vigilia, como lo había estado desde que fue enviada a dormir.

En la madrugada se escuchó un auto estacionar frente a su casa. Risas y voces de hombres y de mujeres se escuchaban como ensordecidas por el sonido de la lluvia y el viento, que no habían amainado en toda la noche. El ruido de la puerta del auto cerrándose sonó como un estampido en esa alborada negra como la noche. Una vez que su padre llegó, les escuchó discutir mientras se dormía. No supo que dijeron, o no lo recuerda. No tiene una imagen de su padre en ese tiempo. Las fotos de época le muestran como un apuesto hombre de cabello castaño dorado y ojos café dorado, muy bien vestido y con el elegante bigote que los señores llevaban en esos años, pero claro, estaba posando para la foto.

Con el tiempo, se ha preguntado si esa intoxicación con el gas del carbón fue un accidente. Sus ojos de adulta le hacen ver que bien pudo haber sido un intento de suicidio de su madre, acompañada de sus dos hijos. Pero ahora nadie hay que pueda responder preguntas. Son tantas las preguntas y tantos los recuerdos.

[sabra]

Magnífico aporte querida Myriam Angelica, la ambientación es muy real, la narración atrapa.
El cerro Ñielol... hice trabajos con los reductos mapuches en mis tiempos de estudiante, gente especialmente maravillosa que jamás olvidaré. Quedé por mucho tiempo impregnada de ese olor a humo... recuerdos tan bellos que guardo en mi corazón.
Gracias por compartir este escrito.
Un abrazo en la distancia con mucho cariño.
Felicidades en estas fechas para ti y tus seres queridos.

sabra

[Romantyka]

Myriam Angelica

Leyendo de lo suyo, pues solo puedo decir que el tema
me gusto y asi tambien se lee con buen gusto que atrapa al lector
y aqui le dejo mis saludos.
Gracias por compartir este bello texto..

[Myriam Angelica]

Myriam Angelica

Leyendo de lo suyo, pues solo puedo decir que el tema
me gusto y asi tambien se lee con buen gusto que atrapa al lector
y aqui le dejo mis saludos.
Gracias por compartir este bello texto..

Muchas gracias por pasar a leer y comentar, muy amable. Felicidades por estas festividades.

[Myriam Angelica]

Magnífico aporte querida Myriam Angelica, la ambientación es muy real, la narración atrapa.
El cerro Ñielol... hice trabajos con los reductos mapuches en mis tiempos de estudiante, gente especialmente maravillosa que jamás olvidaré. Quedé por mucho tiempo impregnada de ese olor a humo... recuerdos tan bellos que guardo en mi corazón.
Gracias por compartir este escrito.
Un abrazo en la distancia con mucho cariño.
Felicidades en estas fechas para ti y tus seres queridos.

sabra

Muchas gracias por pasar a leer y comentar. Es muy amable de tu parte dar de tu tiempo. Muchas felicidades en estas festividades.