"EL NIÑO FICO"

Inspiraciones, cartas, cuentos, narrativas, reflexiones y escritos de su autoría.

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Federico Mendo
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"EL NIÑO FICO"

Mensaje por Federico Mendo » Sab Feb 05, 2011 12:52

EL NIÑO FICO

Eran los años de la revolución agraria y nace en las soleadas tierras norteñas, en un hogar de la hacienda de Casagrande el niño Fico, hijo de Ana, una vendedora de comida en el mercado de la ciudad y Manuel obrero de la hacienda que muchas veces fue amenazado a ser despedido por ser cabecilla de la implantación de la reforma agraria.
El niño Fico a crecido entre los humos de la caña quemada y de la zafra, fiesta tan celebrada en la hacienda. Es así como Fico parado en la puerta de su casa en la calle Tren, ve todos los días como las “góndolas” llevan y traen a los obreros del azúcar y a la mamá Ana salir muy temprano a recoger la leche del establo para darle a sus comensales, además preparar la sopa de mote todos los lunes y de cabeza de carnero para la mala noche.
Al hogar de Fico llegaron con la cigüeña, Jorge, Manuelito y Leti, así el viejo Manuel ve brotar en sus cabellos los primeros rayitos de nieve y no queriendo sentirse viejo comenta con la mamá Ana – oye hija, ayer me mirao en el espejo y me han crecido pelos blancos – son los años Manuel – contesta Ana.
- Que va ser los años chola- son tus hijos que me están acabando, - no Manuel, responde Ana, mi madre dice que las arrugas en la frente y los cabellos blancos son de edad, son de edad.
- Bueno, lo que sea – musita Manuel, - ya tengo mis tres hijos, si quiere Dios que me lleve pa´arriba. Fico ya cursaba el quinto año de secundaria, alumno muy querido por sus maestros y compañeros.
Cierto día mientras la pelota entretenía a sus compañeros, él con sus cuadernos y mientras el recreo lo conjugaba con el canto y mientras una risa es opacada por el llanto, Juan compañero de carpeta le interroga diciendo: ¿dime Fico, que vas hacer cuando acabes el colegio? – No sé Juan – dice Fico, - iré a trabajar con mi padre – continuó diciendo- creo que le falta pocos años para que deje la hacienda y dicen que su lugar le ocupa el hijo mayor.
- ¿Qué?, recrimina Juan – tú también quieres ser chacarero, para ser chacarero no se estudia, tan solo hay que ir al campo y cortar la caña, quemarla y ya eres un peón.
- No sé Juan –contesta muy triste Fico, creo que mi padre no podrá mandarme a Trujillo, por eso me iré al campo
- Y tú Juan, que piensas ser- ? mientras Juan arregla sus cuadernos contesta muy alegremente - Yo Fico, quiero ser médico, no de aquellos de consultorio, no, quiero ser cirujano para cambiar el corazón de tanta gente mala.
- No pides poco Juan – dice Fico – y creo que podrás serlo, -claro que sí – contesta Juan.
- Mis padres tienen plata y mi tío Gaudencio que es guardia civil me ha dicho que me va a ayudar.
- Yo no sé Juan – dice Fico, - esperaré que Dios me señale el destino a seguir, mis padres ya están cansados de trabajar y no quiero ser una carga más, por eso esperare mi suerte.
- Buenas tarde papá – replicó Fico al llegar a su casa
- Hola hijo, como estás, como vas en clases – dice el padre – ya vas a terminar el año y espero que salgas bien.
-Saldré bien papá – contesta Fico entusiasmado – este año es difícil pero tendré que estudiar mucho y por tu sacrificio me esforzaré más papá para que te sientas feliz tú y mamá.
Entonces el padre mirándole le dice: - yo me sacrifico por Uds. hijo, trabajo a veces en doble horario porque quiero que tú seas mejor que yo, quiero que salgas de la chacra, yo tuve la mala suerte de no tener padre, lo perdí cuando yo no había nacido, por eso en memoria de tu abuelo quiero que seas marino, tu abuelo fue marinero de la dotación del crucero “Bolognesi” fuer artillero y mi madre guardo muchos años su uniforme azul, era muy lindo ver su gorra.
- Papá no llores, mi abuelo desde el cielo nos mira dice Fico – deja que cumpla mi edad, serviré a mi patria en su gloriosa Marina.
Cierta tarde cuando el sol quería ya ocultarse, cuando las aves en dulce trinar retronaban a sus nidos, algo increíble lo estaba sucediendo a Fico, el amor estaba llegando a su corazón…..Consuelo, joven igual que él, tierna como las chicas de su edad, recién acababa de cumplir dieciséis años, estudia cerca a la Iglesia Matriz, según dicen es colegio de señoritas, pues la directora es una monja, la Sor Irma, muy recta ella.
Consuelo hija de Alicia y del patrón Martin, capataz de la hacienda, hombre recto y querido por los peones y doña Alicia, mujer de sociedad, trabajaba en la alcaldía.
- Hola Fico . dijo Consuelo
- Hola- contestó Fico.
- Que haces por aquí Fico caminando solo y pensativo- pregunto Consuelo
- Estoy pensando en mi futuro replico Fico – y Consuelo muy triste le dice- pero te veo preocupado, algo te pasa.
- No, no tengo nada, solo meditaba – dice Fico – es que ya me faltan solo medio año y no sé qué será de mí, mis padres están muy cansados y yo no encuentro trabajo, me dicen que soy muy joven para trabajar, pero debo hacerlo, la hacienda ya no rinde como antes, hay poca producción de azúcar, ¿te acuerdas de Pedro? - pregunta Fico
- Sí, afirma Consuelo – ahora está trabajando en Chimbote como pescador, dice que le va muy bien y estoy pensando ir por allá.
- No seas tonto Fico – recriminó Consuelo, tú no puedes irte a Chimbote, la gente es mala, tú tienes que quedarte aquí.
- Pero yo no quiero ir al campo Consuelo- muy triste dice Fico.
- Y tú no iras al campo, yo hablare con mi padre para que te de un empleo, yo se que él te va a ayudar.
- No Consuelo- le dice enfurecido Fico – no le digas nada a tu padre por mí, mis padre se van a sentir ofendidos si haces eso.
- Pero porque dices eso? – le llamo la atención Consuelo, - no te has dado cuenta que hace tiempo que me embriago con la miel de tus cantares, que deseo que tu canto solo sea para mí, que te sigo con el alma por la tierra y por los mares, que son míos tus anhelos, que son míos tus pesares, que te amo, que te quiero, que comprendas que has nacido para mí.
- Que estas hablando Consuelo que no entiendo – le dice Fico – en esas cosas no debemos pensar, mi madre dice que son cosas de mayores y que yo debo pensar solo en mi futuro y tú no eres mi futuro.
Consuelo cogiéndole los hombros como queriéndole mecer con sus manos le volvió a hablar – ven, yo seré tu dulce novia, yo seré tu compañera, -ven allá lejos busquemos un refugio y formemos nuestro nido
- Tomás sin entender lo que Consuelo decía empezó a caminar cabizbajo y ella que presurosa le seguía le cogió de la mano y sin esperar nada por fin Fico pudo hablar. – Consuelo tú no me puedes amar, somos dos seres diferentes, tu padre es capataz, mi padre un simple obrero, tu madre una digna señora, mi madre una vendedora de comida, no… no.. gritaba Fico.
Consuelo no quiso causarle ese daño y entristecida le limpio las lágrimas y luego le interrumpió diciendo –Fico perdóname, no quise hacerte daño, solo quería decirte lo que tanto he deseado, pero si tú no lo crees tu amor será un secreto para mí, porque puedo dejarte de amar y sin embargo no podre olvidarte. Fico desesperado queriendo borrar de su mente todo lo sucedido se limito a decir: - Huye mujer, te detesto, siento tu mano en la mía y tu mano la siento fría, las de tu clase todas son iguales, son necias, inventan muchas caricias, otro mundo, otras delicias y tus besos son mentira, mentira es tu ternura, no.., no yo no quiero nada, ni saber nada de ti, solo quiero descansar de esta dura pesadilla, vete y no vuelvas más.
Consuelo entendiéndolo todo, la cogió del rostro y mirando que sobre sus pálidas mejillas de Fico caían unas gruesas lágrimas de amor, besándole en la frente dejo a Fico sentado en la banca del parque y huyo rápidamente.
Al llegar la noche, Fico llego a su casa y encuentra a su madre apurando la cocina porque el papá Manuel saldrá con hambre de la hacienda, pero la madre al ver a su hijo aun con los ojos llorosos le dice:
- Que pasó Fico – que te ha sucedido, está mal en el colegio, le paso algo a tu padre - dímelo por favor.
- No, no le ha pasado nada a mi padre - y abrazándolo a mamá Ana, Fico le conto la historia aquella.
La madre exclama – ¡Oh Dios! porque a nosotros, porque a ti hijo mío, busca el amor por nuestros caminos, no mendigues tu alma adolorida, en esta vida solo se obtiene odios y penas, no le hagas caso hijo mío.
Mientras Consuelo en su habitación rezaba a la Virgen María, pidiéndole que cuide a Fico, que entienda que ella le ama y que su amor es tierno y puro.
Así continúa la vida, mientras Fico las clases mezcla con los recuerdos viene a su mente el amor de Consuelo, de aquella Consuelo cuyo amor es extraño, que es silencioso y profundo, pero aquella tarde vuelve otra vez Consuelo a encontrarse con Fico y él la mira muy fijo y le dice:
- Qué pena Consuelo que no te pueda amar, soy tan pobre que solo espero más pobreza y no trates de unir tu riqueza a mi pobreza pues me harías mas pobre, déjame con lo mío, que es mío, tú eres cual rosa que es más bella cuando está mojada por el rocío y para tu amor temprano, en mí es demasiado tarde porque en mi alma anochece cuando en la tuya amanece, por eso no te puedo amor y adiós.
Cuando Fico quiso dar un paso, un beso lo detuvo y quieto sin decir nada se dejo besar y Consuelo la envolvió en besos y así nació ese bello amor aquella noche cuando el sol ya se ocultaba contemplando unos tiernos cuerpos expuestos a la luna y al amor.
Paso el tiempo y Fico se tuvo que separar, tenía que servir a su patria, y como era promesa a su padre se enrolo en la Marina.
En una calurosa mañana de enero, junto a miles de jóvenes el buen Fico se embarca en una lancha que le conduciría a la escuela de reclutas de San Lorenzo, donde cumpliría su adoctrinamiento
Allí comienza su nueva vida, Fico empieza a recordar a su madre, a la ciudad tranquila de Casagrande, a su idolatrada Consuelo a quien le prometió que iba ser un buen marinero de aquellos que mucha falta hace a la patria.
El tiempo transcurre pronto y los meses pasan y ha dejado de ser recluta convirtiéndose en un nuevo grumete. Fico por coincidencia de la vida su primera unidad es el crucero “Bolognesi”, buque grande y majestuoso y asignado a la torre 61 del departamento de Armamento.
El grumete Fico es muy querido por sus jefes y compañeros, en sus momentos libres escribía cartas para la mamá Ana, para el papá Manuel y no podía ser olvidada su amor Consuelo que en una de sus cartas le dice: - Consuelo adorada para olvidar tus ojos marinamente verdes, he pintado el estribor de mi buque, pero es inútil mi propósito porque al navegar, tus ojos en la noche me siguen mirándome desde el mar, pero el golpe de las olas hacen que a mis labios lleguen la dulzura del mar que es igual a la dulzura de tus besos.
Consuelo también le contestaba diciéndole –Fico es menester que vengas, mi vida con tu ausencia no es vida y parezco ser la mujer abandonada que antaño tuvo mucho y ahora no tiene nada, desde que tú no estás no sé cómo andan las horas del reloj y el sueño no las hallo aún, me siento fatigada, ni abro los libros, ya ni canto las canciones que te gustan, algunas cosas que se me ocurren al aire las entrego porque no estás tú, sin tí no tengo nada, no tengo encanto a no ser los días del recuerdo, los amables rincones de mi casa que fueron mudos testigos de nuestro amor están fríos y en esta primavera te he extrañado más que antes y me consume tu amor que parece que voy a morir si tú no vuelves.
Y así como esta carta, muchas otras se han enviado y Fico le quiere cada día más y más, pero como sabe que el amor a la patria está primero sigue muy feliz en su nave aprendiendo mucho y navegando.
Es así como llegan al puerto de Salaverry, puerto muy cerca a Casagrande y al llegar a puerto muy rápidamente enrumba a su pueblo y es grande la sorpresa pues al bajar de la “góndola” oyó tristes canticos y fúnebres rezos, por la angosta calle Tren pasaba un entierro.
Una joven sin duda era el muerto, pues cuatro llevaban en hombros el féretro y Fico angustiado miraba el cortejo, les conoce a todos y una voz le grita muy fuerte diciéndole –Fico, Consuelo ha muerto-Fico se acerca al féretro, la mira, la acaricia con ternura, la mirada eleva al cielo y murmurando entre los dientes exclama: - Ya no puedo con mis penas, ya no puedo con la vida, que injusto eres santo Dios- y entonces se aproxima al féretro, habla, gime y llora a gritos: - Consuelo mía, Consuelo mía, te estoy viendo muerta y no creo que la muerte quiera herirme así, muerta tú, no, no estás muerta, solo duermes, sueñas, por favor mi amor despierta, no te mueras, no me dejes, vive, vive por favor, vive para mí, yo era pobre y estaba triste y solo cuando Dios te llevo a mi lado me llene de felicidad, Dios lo quiso así, pero hoy día Dios me quita, Dios no quita lo que da, hoy que vengo a ti a buscarte te hallo muerta, pobre Consuelo, yo te quiero, yo te quiero más que a Dios.
Tomás entonces partió al caer la noche y ha llegado a su buque sin ninguna esperanza, todo lo ha perdido, no hay hambre no hay sueño, todo se ha acabado y navega y navega, el tiempo avanza y tanto llamarla en las noches, su Consuelo se aparece en el castillo de proa y Fico sin sentir el frio que reina en aquel tiempo a media noche ha acudido a la reunión con la esperanza de verla de nuevo, linda como antes, dulce como ayer, con ojos grandes y su tierna cabellera.
La noche como nunca está estrellada, como tantas noches de amor vivido allá en Casagrande y la llama con voz que es toda ternura diciéndole. – Consuelo, mi amor ven y al verla llegar se asusta y le dice: - Eres enigma que no tiene clave, te distingues de todas las mujeres, eres algo de ave, un día hieres y otro día besas, yo quisiera olvidarte y no te olvido, eres mujer mi fruto prohibido, me das la vida y a la vez la muerte. Y se pasa hablando y el frio acecha y su bella Consuelo le dice entonces: - Vamos, todos están dormidos, allá en lo alto tengo preparado nuestro hogar que no pudimos hacerlo en esta tierra, ven, vamos antes que amanezca.
Y al llegar el día en aquel castillo un Fico estaba arrodillado con sus labios blancos y sus ojos claros como nunca alegres, pero que ministerio al acercarse, ese cuerpo estaba helado y muerto y por eso desde hoy solo una cruz habita en el castillo de proa, porque su cuerpo se ha ido al cielo a buscar a su inolvidable Consuelo y allá lejos en el cementerio de Casagrande dos almas moran en un sola tumba, el niño Fico y su dulce Consuelo.
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Scorpio
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Re: "EL NIÑO FICO"

Mensaje por Scorpio » Lun Feb 07, 2011 13:25

Federico Mendo

Gracias por compartir este escrito,
un gusto visitarlo.

Saludos fraternos.
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La poesía ajena que robas sin conciencia,
será el estigma de tu corazón,
haciéndote vivir a la sombra,
de lo que tu alma... * JAMÀS ESCRIBIÒ *

(Verònica K.)

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Esmeralda
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Re: "EL NIÑO FICO"

Mensaje por Esmeralda » Mar Feb 08, 2011 14:14

Ha sido muy grato disfrutar de este
aporte que nos compartes.
Te dejo mi sencilla huella y mi cordial saludo.


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Romantyka
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Re: "EL NIÑO FICO"

Mensaje por Romantyka » Dom Feb 13, 2011 05:52

Estimado Federico Mendo

Honrada con contar con su pluma
en nuestro foro de inspiraciones y cuento,
Bello trabajo.

Dios le siga bendiciendo con salud y talento.

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MAria Auxiliadora
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Re: "EL NIÑO FICO"

Mensaje por MAria Auxiliadora » Lun Feb 21, 2011 15:07

Es un placer deleitarme con sus letras, que me hicieron ser testigo silente de ese gran amor.
Mi más sincera admiración a su talento.


[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=tIof8rBOagY[/youtube]
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