
Eres como una tentación oculta entre mis pensamientos, esos que no quiero ver ni sacar de mis rincones porque sé que eres un pecado divino y no puedo pecar contigo. En mis sueños apareces cálido y deseoso, lleno de placeres y miradas cercanas. No entiendo por qué pienso en tus ojos si no siento nada por ti.. Mi amor le corresponde a otra alma hermosa y llena de vida, no sé qué pasa contigo y me da miedo saber qué pueda suceder. Somos dos seres que aman con su vida a otras personas, pero sin embargo heme aquí escribiéndote a escondidas para que nadie se entere de mi secreto, de estos deseos extraños que tengo hacia ti.
Cuando estoy junto a ti siento tu aroma hechizante que me impregnas al abrazarme con la delicadeza que te caracteriza. Te veo a través de todos con disimulo para que nadie ni siquiera tú, se de cuenta; sin éxito termino porque finalmente me miras, te miro y no decimos nada, sólo volteamos para esquivar ese vacío incómodo, para desviar esos pensamientos que no deberían surgir. No sé qué tengas en mente, pero puedo percibir en ciertas ocasiones que sientes lo mismo que yo..
La distancia es un buen remedio para esta sensación, trato, me alejo, pero vuelves con tu caminar elegante, mirada seductora y labios hinchados para susurrarme al oído cualquier tontería, bailar con mis pasos torpes, darme un beso en la mejilla tardío, como sintiendo mi piel, queriendo no irse.
Juro que no quiero nada contigo, pero por momentos me atrapas y me quedo sonriente ante ti pensando en ¿Qué tienes para que piense en ti?
Es molesto e incómodo que habites en mis noches, siempre continúa, siempre es más intenso que el sueño anterior. Pero de esto nadie sabe, sólo mi silencio y yo..
Seguiré con mi compostura de dama discreta, sin expresiones ni apasionamientos, porque esto se queda entre mi pluma y el papel que han sido testigos de mis confesiones profundas..
Ev.