El maestro
Cerca de un camino que lleva a la ciudad, estaba Lazaro sentado, con su cabeza inclinada.
El maestro que pasaba por esos lugares, vio al hombre sentado en una roca y cabizbajo. Acercándose reconoció a Lazaro, y poniendo su mano en su cabeza le dijo: -que haces amigo, deberías estar alegre, compartiendo tu tiempo y tu experiencia, sin embargo estas solo y melancólico.
Lazaro supo que era su maestro, esa voz le era inconfundible, era la voz delicada y poderosa que lo atrajo de la muerte hacia la vida, -Maestro, dijo Lazaro: mis amigos me han decepcionado, ya no me miran como al hombre sencillo de Betania , me miran como al hombre que vino de los muertos, y muy pocos me hablan, y después de saludarme rápidamente se retiran, porque dicen que ahora soy extraño.
-Amigo, respondió el maestro: es el precio que pagas por seguirme, tu privilegio a sido grande, y no todos se acercaran a verte, por temor a creer en mi palabra..
Los enviados
Amanecía y, los rayos posaban en los llanos y en los copas escasas de los arboles. Los viajeros solían descansar en el cruce que forman los caminos que están a la salida de la gran ciudad de Roma. Eran los comienzos del año 30 d.c., una ola fuerte de optimismo se esparcía por la extensa región del imperio Romano.
Y por sus caminos se respiraba la Pax Romana. Sin embargo, habían salido de Jerusalén los hombres que con su mensaje transformarían el mundo, y habían salido en todas direcciones, con un un propósito, predicar las buenas nuevas en todo el mundo; su salida, aunque forzada, a causa de la persecución originada por los judíos que no estaban dispuestos a aceptar que Jesus era el Cristo.
Eran los primeros días de la misión cristiana, aun conservaban en su mente la valerosa muerte de los primeros mártires. Y ahora dirigían sus pasos hacia los cuatro puntos cardinales, su meta ya descrita, predicar el evangelio a toda criatura, sabiendo de antemano, que enfrentarían la muerte y el desprecio.
La muerte de Pedro
El carácter de Pedro (apóstol de Jesucristo) fue comparado a un caballo brioso, inestable y difícil. Jesus lo llamó Cephas (que quiere decir piedra). Pedro fue pescador, y abandonó sus redes por seguir a Jesus. Su temperamento impulsivo lo llevó a experimentar lo sobrenatural. Su ser era una mezcla de cobardía y valor. En su mente guardó las duras experiencias que cambiaron su vida, preparando su cuerpo para enfrentar la muerte. Ahora, condenado injustamente, se encontraba en la fétida cárcel Mamertina; en la mas completa oscuridad, soportando la monstruosa tortura, maniatado a un poste durante nueve meses. En esa horrible calabozo, insignia terrible de la bestialidad Romana,
agonizaron miles de víctimas asesinadas.
Sin embargo, el espíritu magnifico de Pedro, permaneció firme, encendido por el fervor de su alma noble, y el poderoso mensaje que proclamaba la gloria de Dios, por medio de su hijo Jesucristo.
Nerón ya figuraba como el peor enemigo de Dios, y su furia lo impulsó a matar a los cristianos.
Y el turno era el de Pedro, que silencioso cual oveja es llevada al matadero, meditaba en las palabras del maestro, “extenderás los brazos" el sabia lo que Jesus le dijo, y extendiendo sus brazos para la ejecución, pidió primero, que su crucifixión, se llevase a cabo sobre la cruz inversa, pues no era digno de morir como el señor. Y allí, cabeza abajo, en el circo de Nerón, cerca del Monte Vaticano, murió el apóstol, que un día fue pescador...
german g
Poemario de Germán G.
Moderador: Moderadores
POEMARIO DE GERMÁN G
Yo soy el camino la verdad y la vida
Jesucristo
Jesucristo
POEMARIO DE GERMÁN G
Pesadez de los días
Esclarece su voz, el almendrado ensueño.
Horizonte sin luz, pero halagüeño.
Donde tibia el frescor de un amado dolor
que simplemente nace, donde murió el amor.
Profundos ojos llenos, de púrpuras siluetas,
añadiendo a mis nieblas sus aromas violetas.
Miro entre las sombrías pesadez de los días
el destello cobrizo del amor que sentías.
Tierno bálsamo interno para mi corazón,
sumido en el oscuro temblor de una canción.
Gotean besos sórdidos titiritando tristes.
Y en el cielo las nubes oscilan impacientes
como negras serpientes que beben de las fuentes
amargas del olvido, sabiendo que te fuiste...
german g
Esclarece su voz, el almendrado ensueño.
Horizonte sin luz, pero halagüeño.
Donde tibia el frescor de un amado dolor
que simplemente nace, donde murió el amor.
Profundos ojos llenos, de púrpuras siluetas,
añadiendo a mis nieblas sus aromas violetas.
Miro entre las sombrías pesadez de los días
el destello cobrizo del amor que sentías.
Tierno bálsamo interno para mi corazón,
sumido en el oscuro temblor de una canción.
Gotean besos sórdidos titiritando tristes.
Y en el cielo las nubes oscilan impacientes
como negras serpientes que beben de las fuentes
amargas del olvido, sabiendo que te fuiste...
german g
Última edición por german g el Lun Jun 16, 2014 05:18, editado 1 vez en total.
Yo soy el camino la verdad y la vida
Jesucristo
Jesucristo
POEMARIO DE GERMÁN G
EL LIBRO
"Se llenó de terror y cayó inerte"
¡Ho la muerte! pensaba yo, muy triste.
Este libro me trajo sensaciones
frustrantes, que dejaron temblorosos
mis párpados, y húmedos mis ojos.
Que momento tan cruel, mirar por ultima
vez los rostros amados y adorables.
Luego partir, llevando solo fe,
para esperar de nuevo aquel reencuentro.
Seguí leyendo, con pesar en mi alma,
y mis lagrimas fueron emergiendo
como letras que el corazón dictaba
y el espíritu transformó en palabras,
y entonces me alegré de la esperanza
que a mi cuerpo tornó en resurrección.
¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?
¿dónde, oh sepulcro, tu victoria?
german g
"Se llenó de terror y cayó inerte"
¡Ho la muerte! pensaba yo, muy triste.
Este libro me trajo sensaciones
frustrantes, que dejaron temblorosos
mis párpados, y húmedos mis ojos.
Que momento tan cruel, mirar por ultima
vez los rostros amados y adorables.
Luego partir, llevando solo fe,
para esperar de nuevo aquel reencuentro.
Seguí leyendo, con pesar en mi alma,
y mis lagrimas fueron emergiendo
como letras que el corazón dictaba
y el espíritu transformó en palabras,
y entonces me alegré de la esperanza
que a mi cuerpo tornó en resurrección.
¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?
¿dónde, oh sepulcro, tu victoria?
german g
Yo soy el camino la verdad y la vida
Jesucristo
Jesucristo
POEMARIO DE GERMAN G
LA MANCHA
Contemplar nuestro rostro en el espejo
es saber lo que afea o embellece;
lo pequeño, lo grande, lo que crece,
y también lo que el tiempo torna viejo.
El cuerpo, como el vino, se hace añejo;
mas su espíritu eterno no envejece
sin embargo sabemos que perece
cuando olvida de Dios, ley y consejo.
Por las obras, el hombre carnal fluye,
aparentando ser justificado
se olvida de la ley, y le rehúye.
En este espejo vemos reflejado
lo que a todos los hombres nos destruye;
es sin duda, la mancha del pecado.
german g
Contemplar nuestro rostro en el espejo
es saber lo que afea o embellece;
lo pequeño, lo grande, lo que crece,
y también lo que el tiempo torna viejo.
El cuerpo, como el vino, se hace añejo;
mas su espíritu eterno no envejece
sin embargo sabemos que perece
cuando olvida de Dios, ley y consejo.
Por las obras, el hombre carnal fluye,
aparentando ser justificado
se olvida de la ley, y le rehúye.
En este espejo vemos reflejado
lo que a todos los hombres nos destruye;
es sin duda, la mancha del pecado.
german g
Yo soy el camino la verdad y la vida
Jesucristo
Jesucristo
POEMARIO DE GERMÁN G
El camino,la vida y la verdad
Amado salvador, estoy gozoso,
porque mi corazon confia en ti.
No hay temores, señor, que me arrebaten
esta paz que tu espiritu me dio,
Ni la oscura penumbra, ni el terror
nocturno, apagará de mi la fe.
Ni horrible mortandad que en luz destruya
ni adversidad que aqueje mis deseos,
podra en mi ser disminuir tu amor.
Tu palabra, señor, es fortaleza;
tu Espíritu, señor, seguridad.
Y tu nombre, ¡Oh amado Jesucristo!
El camino, la vida y la verdad...
Germán g
Amado salvador, estoy gozoso,
porque mi corazon confia en ti.
No hay temores, señor, que me arrebaten
esta paz que tu espiritu me dio,
Ni la oscura penumbra, ni el terror
nocturno, apagará de mi la fe.
Ni horrible mortandad que en luz destruya
ni adversidad que aqueje mis deseos,
podra en mi ser disminuir tu amor.
Tu palabra, señor, es fortaleza;
tu Espíritu, señor, seguridad.
Y tu nombre, ¡Oh amado Jesucristo!
El camino, la vida y la verdad...
Germán g
Última edición por german g el Vie Jun 13, 2014 00:19, editado 1 vez en total.
Yo soy el camino la verdad y la vida
Jesucristo
Jesucristo
POEMARIO DE GERMÁN G
Los pobres
Son bienaventurados los que nunca se mofan
del harapiento triste que recorre las calles
pronunciando pedazos de miseria absoluta
al ritmo veraniego de las pálidas sombras
que acompañan su mística figura de dolor.
Permanecen ocultos bajo los fríos muros
de abandonadas casas. Podemos ver sus rostros
tatuados de nostalgia, y sin remordimientos
algunos los señalan, como exentos de toda
la vanidad humana. ¡Son la escoria del mundo!
dicen mientras señalan con su morbo inhumano,
no guardan en su pecho la piedad de un hermano.
No saben que cayeron por culpa de otros seres
que lisonjeramente los fueron induciendo
al vicio y los placeres. Ellos aman también,
y piensan en su madre; y aun guardan el beso
de aquel primer amor. Los he visto que lloran
por lo que atrás dejaron y aveces hasta imploran
con gemidos profundos hasta quedarse mudos
en su pozo de olvido... olvidados de todo.
German g
Son bienaventurados los que nunca se mofan
del harapiento triste que recorre las calles
pronunciando pedazos de miseria absoluta
al ritmo veraniego de las pálidas sombras
que acompañan su mística figura de dolor.
Permanecen ocultos bajo los fríos muros
de abandonadas casas. Podemos ver sus rostros
tatuados de nostalgia, y sin remordimientos
algunos los señalan, como exentos de toda
la vanidad humana. ¡Son la escoria del mundo!
dicen mientras señalan con su morbo inhumano,
no guardan en su pecho la piedad de un hermano.
No saben que cayeron por culpa de otros seres
que lisonjeramente los fueron induciendo
al vicio y los placeres. Ellos aman también,
y piensan en su madre; y aun guardan el beso
de aquel primer amor. Los he visto que lloran
por lo que atrás dejaron y aveces hasta imploran
con gemidos profundos hasta quedarse mudos
en su pozo de olvido... olvidados de todo.
German g
Yo soy el camino la verdad y la vida
Jesucristo
Jesucristo
POEMARIO DE GERMÁN G
En el pesado horario de la noche,
cuando bajan los sueños a la tierra,
aparasen los trágicos sonidos
que los demonios soplan a los hombres.
german g
Sonidos trágicos
Oíd poetas, voy a esclarecer en el pequeño lecho
mi mortaja de versos consumidos.
mirad estos primeros versos, ya podridos,
olorosos a húmedos rincones.
" era mala su música, envenenaba el alma"
Escribo lo que pulsó mi corazón, nada más.
Su mirada encantadora se volvió putrefacta.
Y su piel blanca y desnuda, se le llenó de larvas.
Incontrolable hedor embistió la recámara,
y sus palabras sepultaron mi amor.
Afuera de la noche los maullidos secretos de los gatos
trepaban las paredes, como lagartos tristes entre la sombra vil.
Si pensáis que fue todo, no, y mil veces no.
Aún puedo sentir esa frialdad del viento,
empapando la osamenta de su cuerpo dormido.
El terror del olvido penetró en las ranuras
de la flácida dicha que el tiempo devoró.
germAn g
cuando bajan los sueños a la tierra,
aparasen los trágicos sonidos
que los demonios soplan a los hombres.
german g
Sonidos trágicos
Oíd poetas, voy a esclarecer en el pequeño lecho
mi mortaja de versos consumidos.
mirad estos primeros versos, ya podridos,
olorosos a húmedos rincones.
" era mala su música, envenenaba el alma"
Escribo lo que pulsó mi corazón, nada más.
Su mirada encantadora se volvió putrefacta.
Y su piel blanca y desnuda, se le llenó de larvas.
Incontrolable hedor embistió la recámara,
y sus palabras sepultaron mi amor.
Afuera de la noche los maullidos secretos de los gatos
trepaban las paredes, como lagartos tristes entre la sombra vil.
Si pensáis que fue todo, no, y mil veces no.
Aún puedo sentir esa frialdad del viento,
empapando la osamenta de su cuerpo dormido.
El terror del olvido penetró en las ranuras
de la flácida dicha que el tiempo devoró.
germAn g
Yo soy el camino la verdad y la vida
Jesucristo
Jesucristo
POEMARIO DE GERMÁN G
La ventana
Si estuvieses aquí,
mirarías la luz acomodada
como un lecho de luz para el amor.
Alegre asomarías la mirada
por el amplio cristal de la ventana,
y posarías tus ojos en la hierba
imaginando paz en el paisaje;
vagar sin preocuparnos del presente,
para luego envolvernos en las sábanas blancas,
como si fuesen dos banderas
que simbólicamente nos unieran...
Si estuvieses aquí,
veríamos los astros y la noche
llenar con su esplendor el campo yerto
y penetrar sus ángulos oscuros
a través de la mística ventana
que amorosa su aspecto nos daría.
La realidad amor... estoy tan solo
bebiendo los suspiros de la noche,
y los largos reflejos de los días
matizando figuras que contemplo
desde el lado interior de mi ventana.
German g
Si estuvieses aquí,
mirarías la luz acomodada
como un lecho de luz para el amor.
Alegre asomarías la mirada
por el amplio cristal de la ventana,
y posarías tus ojos en la hierba
imaginando paz en el paisaje;
vagar sin preocuparnos del presente,
para luego envolvernos en las sábanas blancas,
como si fuesen dos banderas
que simbólicamente nos unieran...
Si estuvieses aquí,
veríamos los astros y la noche
llenar con su esplendor el campo yerto
y penetrar sus ángulos oscuros
a través de la mística ventana
que amorosa su aspecto nos daría.
La realidad amor... estoy tan solo
bebiendo los suspiros de la noche,
y los largos reflejos de los días
matizando figuras que contemplo
desde el lado interior de mi ventana.
German g
Yo soy el camino la verdad y la vida
Jesucristo
Jesucristo
POEMARIO DE GERNAN G
Poema para recordar
De tarde vengo a ver el tren pasar,
y en su grave sonido de dolor
mi corazón recuerda aquel dulzor
disuelto en el transcurso de mi andar.
Es grisácea la brisa, el recordar,
nostalgia; sin tu esencia no hay color,
el pasado ya marchitó la flor;
pero en la tarde azul, siento llorar...
Lejano va el ayer, lejano el tren.
Yo te quisiera ver, y digo ven
aunque jamás escuches mi clamor.
Algo me quedará de ti, lo sé...
un pedazo de sombra que yo amé,
o tan solo el zumbido de tu amor.
Germán g
De tarde vengo a ver el tren pasar,
y en su grave sonido de dolor
mi corazón recuerda aquel dulzor
disuelto en el transcurso de mi andar.
Es grisácea la brisa, el recordar,
nostalgia; sin tu esencia no hay color,
el pasado ya marchitó la flor;
pero en la tarde azul, siento llorar...
Lejano va el ayer, lejano el tren.
Yo te quisiera ver, y digo ven
aunque jamás escuches mi clamor.
Algo me quedará de ti, lo sé...
un pedazo de sombra que yo amé,
o tan solo el zumbido de tu amor.
Germán g
Yo soy el camino la verdad y la vida
Jesucristo
Jesucristo
POEMARIO DE GERMÁN G
Ni recuerdo, ni risa
Abrumado por crueles circunstancias,
abandone las ansias juveniles;
destrozando los candidos abriles,
volque de la inocencia mis infancias.
Y lance con mi fe, ambiguedades,
haciendo que temblaran de mis sueños
los fragiles suspiros halagüeños
pegados en el alma y las edades.
Maduré como el rayo, de improviso
y la faz de mi rostro, piedra fija;
que jamas doblegarse, nunca quiso.
Amor perdido, sin que nada exija,
ni recuerdo ni risa o, compromiso
que el corazon me toque, o el beso elija.
Germán g
Abrumado por crueles circunstancias,
abandone las ansias juveniles;
destrozando los candidos abriles,
volque de la inocencia mis infancias.
Y lance con mi fe, ambiguedades,
haciendo que temblaran de mis sueños
los fragiles suspiros halagüeños
pegados en el alma y las edades.
Maduré como el rayo, de improviso
y la faz de mi rostro, piedra fija;
que jamas doblegarse, nunca quiso.
Amor perdido, sin que nada exija,
ni recuerdo ni risa o, compromiso
que el corazon me toque, o el beso elija.
Germán g
Yo soy el camino la verdad y la vida
Jesucristo
Jesucristo
POEMARIO DE GERMÁN G
Grietas
Se van desvaneciendo las audaces miradas,
los latidos armónicos, los gestos amorosos;
los besos adorables, las palabras amadas.
¡Aparecieron grietas en los días gloriosos!
Van declinado lentas nuestras horas soñadas,
dejando solamente recuerdos dolorosos
en la inquieta vereda que forman las pisadas.
¡Aparecieron grietas en los días gloriosos!
Hundiendo el alma dentro de los tristes umbrales,
nos llevan las nostalgias sombrías de la vida.
Nos asusta la muerte, del amor sus cristales.
Y cuando contemplamos del cariño la huida
desolados lloramos como simples mortales,
que ilusionados fuimos agrandando la herida.
Germán g
Se van desvaneciendo las audaces miradas,
los latidos armónicos, los gestos amorosos;
los besos adorables, las palabras amadas.
¡Aparecieron grietas en los días gloriosos!
Van declinado lentas nuestras horas soñadas,
dejando solamente recuerdos dolorosos
en la inquieta vereda que forman las pisadas.
¡Aparecieron grietas en los días gloriosos!
Hundiendo el alma dentro de los tristes umbrales,
nos llevan las nostalgias sombrías de la vida.
Nos asusta la muerte, del amor sus cristales.
Y cuando contemplamos del cariño la huida
desolados lloramos como simples mortales,
que ilusionados fuimos agrandando la herida.
Germán g
Yo soy el camino la verdad y la vida
Jesucristo
Jesucristo
POEMARIO DE GERMÁN G
La mochila cargada de besos
Guardo recuerdos en la mochila
para que nunca muera la tarde
y asi escuchar algunas palabras
que no saldrán jamás de tu boca
puedo buscar en mi abecedario
el sonido amoroso del tiempo
refugiando la risa y el pasado
en la agenda del último día
ignorando los tiernos abrazos
ajenos al fracaso y al motivo
sepultado en la esencia del olvido
como un suspiro triste y apagado
mirando con los ojos cerrados
la mochila cargada de besos
german g
Guardo recuerdos en la mochila
para que nunca muera la tarde
y asi escuchar algunas palabras
que no saldrán jamás de tu boca
puedo buscar en mi abecedario
el sonido amoroso del tiempo
refugiando la risa y el pasado
en la agenda del último día
ignorando los tiernos abrazos
ajenos al fracaso y al motivo
sepultado en la esencia del olvido
como un suspiro triste y apagado
mirando con los ojos cerrados
la mochila cargada de besos
german g
Yo soy el camino la verdad y la vida
Jesucristo
Jesucristo
POEMARIO GERMÁN G
Honor a la hormiga
En minúsculo vaivén
de las hormigas
oscila un ósculo, edén
lleno de migas.
Recorren toda la casa
con discreción;
su alacena no es escasa,
la provición
fortalece su coraza
y su intención.
"Ve a la hormiga, oh perezoso"
en el verano
mece la espiga, y es su gozo
migas y grano.
Pon cuidado en su lección
evocativa,
que en su amada procesión
su amor cultiva.
Con esmero y precisión
mi honor reciba.
Germán g
En minúsculo vaivén
de las hormigas
oscila un ósculo, edén
lleno de migas.
Recorren toda la casa
con discreción;
su alacena no es escasa,
la provición
fortalece su coraza
y su intención.
"Ve a la hormiga, oh perezoso"
en el verano
mece la espiga, y es su gozo
migas y grano.
Pon cuidado en su lección
evocativa,
que en su amada procesión
su amor cultiva.
Con esmero y precisión
mi honor reciba.
Germán g
Yo soy el camino la verdad y la vida
Jesucristo
Jesucristo
POEMARIO DE GERMÁN G
Otoño, otoño. Yo tengo el alma herida
María, asómate de nuevo,
desata los tiempos de tu boca,
y deja que de nuevo retoñe el olvido.
La plaza esta desierta, volaron las palomas.
Jamás amé la primavera como aquella
tarde, tus labios florecían junto a mis labios.
Paso a paso rodamos por las calles
con el alma encendida, yo nada vi a mi paso,
yo solo te veía. Cristal de pureza,
piel divina, blanca, tersa. Niña mía.
Aligeraste el vuelo y azotaste la vida.
Oscureció mi cielo tu partida.
Otoño... otoño. Yo tengo el alma herida.
Desesperadamente bebí de tu recuerdo.
Puedo escuchar tus pasos todavía.
Solo yo se, cuánto te quería.
Pequeña niña mía.
Brillan tus ojos como destellos santos,
y se clavan de lleno en mi memoria.
Aquella bella historia derramo tristeza,
mutilo tus flores, y seco mis huertas.
Mi alma es un desierto...
¿Dime donde te encuentras?
German g
María, asómate de nuevo,
desata los tiempos de tu boca,
y deja que de nuevo retoñe el olvido.
La plaza esta desierta, volaron las palomas.
Jamás amé la primavera como aquella
tarde, tus labios florecían junto a mis labios.
Paso a paso rodamos por las calles
con el alma encendida, yo nada vi a mi paso,
yo solo te veía. Cristal de pureza,
piel divina, blanca, tersa. Niña mía.
Aligeraste el vuelo y azotaste la vida.
Oscureció mi cielo tu partida.
Otoño... otoño. Yo tengo el alma herida.
Desesperadamente bebí de tu recuerdo.
Puedo escuchar tus pasos todavía.
Solo yo se, cuánto te quería.
Pequeña niña mía.
Brillan tus ojos como destellos santos,
y se clavan de lleno en mi memoria.
Aquella bella historia derramo tristeza,
mutilo tus flores, y seco mis huertas.
Mi alma es un desierto...
¿Dime donde te encuentras?
German g
Última edición por german g el Mié Jun 25, 2014 16:34, editado 1 vez en total.
Yo soy el camino la verdad y la vida
Jesucristo
Jesucristo
POEMARIO DE GERMÁN G
No vuelvas más a Egipto
Cuando has cruzado el mar, la esclavitud se rompe,
la provisión satura tu corazón alegre.
El rastro de amargura se ha quedado en Egipto.
Y el cielo te sustenta con alimento de Ángeles.
Vas penetrando al gozo de las almas eternas,
y tus pecados huyen temerosos del alba.
¿Donde han quedado aquellas tinieblas de amargura?
¿Aquellas horas pálidas que afligían tu espíritu?
-Quedaron sepultadas en el amplio desierto,
en los planes diabólicos, en el pasado triste.
Jesús te ha dado vida, su amor te ha echo libre.
Su sangre derramada te limpia de pecado.
Si por la fe en su nombre saliste victoriosa.
El cielo esta esperando... no vuelvas mas a Egipto.
german g
Cuando has cruzado el mar, la esclavitud se rompe,
la provisión satura tu corazón alegre.
El rastro de amargura se ha quedado en Egipto.
Y el cielo te sustenta con alimento de Ángeles.
Vas penetrando al gozo de las almas eternas,
y tus pecados huyen temerosos del alba.
¿Donde han quedado aquellas tinieblas de amargura?
¿Aquellas horas pálidas que afligían tu espíritu?
-Quedaron sepultadas en el amplio desierto,
en los planes diabólicos, en el pasado triste.
Jesús te ha dado vida, su amor te ha echo libre.
Su sangre derramada te limpia de pecado.
Si por la fe en su nombre saliste victoriosa.
El cielo esta esperando... no vuelvas mas a Egipto.
german g
Yo soy el camino la verdad y la vida
Jesucristo
Jesucristo
POEMARIO DE GERMÁN G
¡Oh, noche!
Delgada oscuridad latiendo suave,
como una brisa tibia y fraternal
que las pupilas besan con ternura
imaginando estrellas en las manos
y románticos sueños en la luna.
¡oh noche, fragmentada en pensamientos
infantiles y cálidos, cual sueño
que adorable se mueve en nuestro ser!
Vengo atrayendo el alma hasta tu esencia
para tomar quietud y fantasía,
cual corazón amante y bondadoso
busca un trozo de amor en cada vida.
Observo la frescura de tu manto
abrazando del mundo su silencio
con la misma ternura que una madre
protege con afecto a sus pequeños.
¡Oh, noche mía! vengo desatando
mi alegría, en tus hondas cavidades,
en tus inmensos ríos, en tus posos
profundos, y en tu negra cabellera.
german g
Delgada oscuridad latiendo suave,
como una brisa tibia y fraternal
que las pupilas besan con ternura
imaginando estrellas en las manos
y románticos sueños en la luna.
¡oh noche, fragmentada en pensamientos
infantiles y cálidos, cual sueño
que adorable se mueve en nuestro ser!
Vengo atrayendo el alma hasta tu esencia
para tomar quietud y fantasía,
cual corazón amante y bondadoso
busca un trozo de amor en cada vida.
Observo la frescura de tu manto
abrazando del mundo su silencio
con la misma ternura que una madre
protege con afecto a sus pequeños.
¡Oh, noche mía! vengo desatando
mi alegría, en tus hondas cavidades,
en tus inmensos ríos, en tus posos
profundos, y en tu negra cabellera.
german g
Yo soy el camino la verdad y la vida
Jesucristo
Jesucristo
POEMARIO DE GERMÁN G
Iconos terribles
No es el tiempo de rosas ni canciones,
ni tampoco de alegres carcajadas;
es el tiempo colmado de matices,
que bajo un tono empíreo se vislumbra
en iconos terribles del fracaso
que a los hombres asecha con penuria.
¡ Ay si la luz se va, la oscuridad
mortuoria cubrirá de sombra el mundo!
Tiembla la tierra y nacen mas demonios,
hasta poblar las almas de miseria.
¡Mortandad, mortandad! la tierra tiembla,
y en el polvo se aprietan los cadáveres.
Ya esta lista la hora para el juicio.
Prepara el corazón, tal vez aguante
el horror de la sangre derramada
y el espantoso grito de la muerte...
Germán g
No es el tiempo de rosas ni canciones,
ni tampoco de alegres carcajadas;
es el tiempo colmado de matices,
que bajo un tono empíreo se vislumbra
en iconos terribles del fracaso
que a los hombres asecha con penuria.
¡ Ay si la luz se va, la oscuridad
mortuoria cubrirá de sombra el mundo!
Tiembla la tierra y nacen mas demonios,
hasta poblar las almas de miseria.
¡Mortandad, mortandad! la tierra tiembla,
y en el polvo se aprietan los cadáveres.
Ya esta lista la hora para el juicio.
Prepara el corazón, tal vez aguante
el horror de la sangre derramada
y el espantoso grito de la muerte...
Germán g
Yo soy el camino la verdad y la vida
Jesucristo
Jesucristo
POEMARIO DE GERMÁN G
¡Libertad es sinónimo de patria!
¡Oh corazón polígloto y divino
basto refugio de sabiduría,
para elevar las almas al parnaso
es tu sangre el pulsar del amor suave!
En tus arroyos va la libertad
de todos los colores y las lenguas
que emotivas depuran la conciencia.
Ya Martí declaraba con firmeza
cuando alzaba su voz mansa y humilde,
como un trueno que avanza entre las frases,
cual dialéctica rima que se aloja
en un charco de sangre eternizado...
¡Libertad es sinónimo de patria!
Germán g
¡Oh corazón polígloto y divino
basto refugio de sabiduría,
para elevar las almas al parnaso
es tu sangre el pulsar del amor suave!
En tus arroyos va la libertad
de todos los colores y las lenguas
que emotivas depuran la conciencia.
Ya Martí declaraba con firmeza
cuando alzaba su voz mansa y humilde,
como un trueno que avanza entre las frases,
cual dialéctica rima que se aloja
en un charco de sangre eternizado...
¡Libertad es sinónimo de patria!
Germán g
Yo soy el camino la verdad y la vida
Jesucristo
Jesucristo
POEMARIO DE GERMÁN G
Depresión
Te entretiene la bruma, el sol, la tarde;
la incógnita voraz del tiempo malo.
Por eso es que tus ojos se detienen
en el misterio inquieto del presente.
Y en medio de la noche te percibes
cotejando el pasado y el olvido.
Has conservado tanto en los recuerdos,
que la mente desglosa los pasillos
que formaron tu escala de emociones.
Hoy la vida te resta fortaleza
dominando tu espíritu dolido
por aquellos momentos transitorios
que gravaron su esencia lastimosa.
Tu conciencia lo sabe y te lo dice
para oprimir el vuelo de tus pasos.
Opresión de la vida, cantos grises,
banderas de nostalgias depresivas
ondeando entre el vigor y la consciencia
para que ya no vuele tu esperanza
por el aire fugaz de la alegría.
german g
Te entretiene la bruma, el sol, la tarde;
la incógnita voraz del tiempo malo.
Por eso es que tus ojos se detienen
en el misterio inquieto del presente.
Y en medio de la noche te percibes
cotejando el pasado y el olvido.
Has conservado tanto en los recuerdos,
que la mente desglosa los pasillos
que formaron tu escala de emociones.
Hoy la vida te resta fortaleza
dominando tu espíritu dolido
por aquellos momentos transitorios
que gravaron su esencia lastimosa.
Tu conciencia lo sabe y te lo dice
para oprimir el vuelo de tus pasos.
Opresión de la vida, cantos grises,
banderas de nostalgias depresivas
ondeando entre el vigor y la consciencia
para que ya no vuele tu esperanza
por el aire fugaz de la alegría.
german g
Yo soy el camino la verdad y la vida
Jesucristo
Jesucristo
POEMARIO DE GERMÁN G
Dolor certero
Azorada la voz
...se agazapa en el río del silencio.
Yo camino invisible, sin ser nada.
Tiemblo, cuando el vapor
del mundo excita mis sentidos.
Hay sapos que se esconden en la noche,
y aparecen en sueños bulliciosos.
Yo duermo cuando cantan los desastres
en el cercano fin de la conciencia.
He venido de lejos, arrastrando mis penas,
intentando apagarlas con olvido.
Sobre mi carne hay ojos, sobre mis ojos voces.
Es la vida hechizada con penumbras,
es el amor que gime dolorido.
No tengo corazón, y mis anhelos
han volado sin alas por el cielo.
Amé con tanta fuerza,
que agotados quedaron mis deseos.
¡Que certero el dolor cuando atraviesa,
con el engaño cruel las ilusiones!
german g
Azorada la voz
...se agazapa en el río del silencio.
Yo camino invisible, sin ser nada.
Tiemblo, cuando el vapor
del mundo excita mis sentidos.
Hay sapos que se esconden en la noche,
y aparecen en sueños bulliciosos.
Yo duermo cuando cantan los desastres
en el cercano fin de la conciencia.
He venido de lejos, arrastrando mis penas,
intentando apagarlas con olvido.
Sobre mi carne hay ojos, sobre mis ojos voces.
Es la vida hechizada con penumbras,
es el amor que gime dolorido.
No tengo corazón, y mis anhelos
han volado sin alas por el cielo.
Amé con tanta fuerza,
que agotados quedaron mis deseos.
¡Que certero el dolor cuando atraviesa,
con el engaño cruel las ilusiones!
german g
Yo soy el camino la verdad y la vida
Jesucristo
Jesucristo
POEMARIO DE GERMÁN G
Fricciones
Hoy vengo...
y no he venido a maromear palabras,
ni a tirarle mis lagrimas al gato.
He venido a mirar los encantos
que succiona la risa del aire
al tocar las mejillas molidas
por la espesa fricción de la tarde.
Hoy vengo, no solo a predecir la bruma
que zangolotea entre las hojas,
no; vengo también a doblegar el tono,
de los colores pálidos y ocres
que ruborizan el iris de los ojos,
hasta frisar los ánimos del alma.
Ven, no toda mi alegría parte el sueño,
ni toda mi nostalgia busca el beso.
german g
Hoy vengo...
y no he venido a maromear palabras,
ni a tirarle mis lagrimas al gato.
He venido a mirar los encantos
que succiona la risa del aire
al tocar las mejillas molidas
por la espesa fricción de la tarde.
Hoy vengo, no solo a predecir la bruma
que zangolotea entre las hojas,
no; vengo también a doblegar el tono,
de los colores pálidos y ocres
que ruborizan el iris de los ojos,
hasta frisar los ánimos del alma.
Ven, no toda mi alegría parte el sueño,
ni toda mi nostalgia busca el beso.
german g
Yo soy el camino la verdad y la vida
Jesucristo
Jesucristo
POEMARIO DE GERMÁN G
PATRICIA
Cuando la tarde bullía esplendorosa,
mi Patricia meneaba sus caderas.
Yo la miraba llena de flores,
igual que cuando estallan los rosales .
Sabia que venia hacia mis brazos.
Y yo ya la esperaba con la hoguera.
Perseguimos el alba y el destino,
hasta llenar el alma de ilusiones.
¿Lo recuerdas amor? cuanto cariño,
nos apretaba el alma con ternura.
Llegaron en bandada nuestros hijos.
Y se agrando la dicha y, nuestra casa;
con estruendos y risas, fue pequeña.
Pasamos primaveras y veranos,
tomados del amor, ¡cuanta alegría!
¿lo recuerdas amor? yo todavía la siento.
Nuestros hijos crecieron.
Y en una madrugada media oscura,
supimos que el invierno había llegado.
Nevado nuestro pelo, y en el cuerpo
las ondas de la edad se habían marcado.
A veces te diviso imaginaria,
otras veces hablamos de lo mismo.
Y otras veces callamos sin motivo.
Sin embargo el jardín no se ha secado,
y el amor estremece nuestros ojos.
Aún cantan las sombras de los pájaros.
Aún se escuchan risas en la casa.
german g
Cuando la tarde bullía esplendorosa,
mi Patricia meneaba sus caderas.
Yo la miraba llena de flores,
igual que cuando estallan los rosales .
Sabia que venia hacia mis brazos.
Y yo ya la esperaba con la hoguera.
Perseguimos el alba y el destino,
hasta llenar el alma de ilusiones.
¿Lo recuerdas amor? cuanto cariño,
nos apretaba el alma con ternura.
Llegaron en bandada nuestros hijos.
Y se agrando la dicha y, nuestra casa;
con estruendos y risas, fue pequeña.
Pasamos primaveras y veranos,
tomados del amor, ¡cuanta alegría!
¿lo recuerdas amor? yo todavía la siento.
Nuestros hijos crecieron.
Y en una madrugada media oscura,
supimos que el invierno había llegado.
Nevado nuestro pelo, y en el cuerpo
las ondas de la edad se habían marcado.
A veces te diviso imaginaria,
otras veces hablamos de lo mismo.
Y otras veces callamos sin motivo.
Sin embargo el jardín no se ha secado,
y el amor estremece nuestros ojos.
Aún cantan las sombras de los pájaros.
Aún se escuchan risas en la casa.
german g
Yo soy el camino la verdad y la vida
Jesucristo
Jesucristo
POEMARIO DE GERMAN G
Horarios lejanos
Galopan los besos
que tu me dejaste,
sabiendo que un día
me amaste... ¿me amaste?
Hoy vivo tan solo,
tan quieto, tan triste,
pensando el momento
en que tu te fuiste.
Amargos instantes
envuelven las horas,
cual luto siniestro
sin luz, sin auroras.
A solas atraigo,
tu voz a mi pecho,
ya roto y vacío,
ya casi deshecho.
Preguntan mis labios,
¿a donde te has ido?
y un tenue suspiro
lloroso, dolido;
responde sin fuerza
buscando el olvido,
-si hubieses amado,
no te hubieses ido...
¡Oh, cuanto amor tengo,
tibio y lacerado!
tu ausencia motiva
del ayer lo amado,
y el recuerdo brota,
cuál rosal perfuma
y su espina clava..
Oleaje de espuma
cincela tu imagen
difusa y loable
cual ágil destello
manifiesta afable
su brillo lejano,
quizá copulando
en el horizonte...
mientras recordando
yo voy por el mundo
de las aflicciones,
tal vez intentando
sustraer canciones
que un día soltaron
sensaciones bellas.
Cálidas y hermosas
se ven las estrellas...
german g
Galopan los besos
que tu me dejaste,
sabiendo que un día
me amaste... ¿me amaste?
Hoy vivo tan solo,
tan quieto, tan triste,
pensando el momento
en que tu te fuiste.
Amargos instantes
envuelven las horas,
cual luto siniestro
sin luz, sin auroras.
A solas atraigo,
tu voz a mi pecho,
ya roto y vacío,
ya casi deshecho.
Preguntan mis labios,
¿a donde te has ido?
y un tenue suspiro
lloroso, dolido;
responde sin fuerza
buscando el olvido,
-si hubieses amado,
no te hubieses ido...
¡Oh, cuanto amor tengo,
tibio y lacerado!
tu ausencia motiva
del ayer lo amado,
y el recuerdo brota,
cuál rosal perfuma
y su espina clava..
Oleaje de espuma
cincela tu imagen
difusa y loable
cual ágil destello
manifiesta afable
su brillo lejano,
quizá copulando
en el horizonte...
mientras recordando
yo voy por el mundo
de las aflicciones,
tal vez intentando
sustraer canciones
que un día soltaron
sensaciones bellas.
Cálidas y hermosas
se ven las estrellas...
german g
Yo soy el camino la verdad y la vida
Jesucristo
Jesucristo
POEMARIO DE GERMÁN G
Caballos ciegos
Escucho el tropel
de los caballos ciegos,
eruptando pavor
sobre las rocas secas,
y doblando las hierbas amarillas
que no cesan de implorar al cielo.
Veo los dias pegados al recuerdo,
enredados
a mi como serpientes rosas.
Son los dias cromados de ternura
encantando
mis pasos
sigilosos,
cual bruma blanquecina en el ocaso.
Aquellos dias me disparan penaEscucho el tropel
de los caballos ciegos,
eruptando pavor
sobre las rocas secas,
y doblando las hierbas amarillas
que no cesan de implorar al cielo.
Veo los dias pegados al recuerdo,
enredados
a mi como serpientes rosas.
Son los dias cromados de ternura
encantando
mis pasos
sigilosos,
cual bruma blanquecina en el ocaso.
Aquellos dias me disparan pena
y son tan crueles que asesinan todo.
Germán g
Escucho el tropel
de los caballos ciegos,
eruptando pavor
sobre las rocas secas,
y doblando las hierbas amarillas
que no cesan de implorar al cielo.
Veo los dias pegados al recuerdo,
enredados
a mi como serpientes rosas.
Son los dias cromados de ternura
encantando
mis pasos
sigilosos,
cual bruma blanquecina en el ocaso.
Aquellos dias me disparan penaEscucho el tropel
de los caballos ciegos,
eruptando pavor
sobre las rocas secas,
y doblando las hierbas amarillas
que no cesan de implorar al cielo.
Veo los dias pegados al recuerdo,
enredados
a mi como serpientes rosas.
Son los dias cromados de ternura
encantando
mis pasos
sigilosos,
cual bruma blanquecina en el ocaso.
Aquellos dias me disparan pena
y son tan crueles que asesinan todo.
Germán g
Yo soy el camino la verdad y la vida
Jesucristo
Jesucristo
POEMAS DE GERMÁN G
Las piedras del Zape
a-
Estuve donde nadie quiso nunca.
Allí nací, allí conocí el hambre.
Descubrí las palabras de los pobres
Y conocí el lenguaje de las piedras.
Hubo largos silencios en mi cama,
Pobre cama, sufrida como el alma de mi madre;
Opaca y doblegada, por el antiguo beso de mi padre.
Las noches eran largas y sagradas,
Olorosas a humo, a flor, a hierba...
Cada día soplaban vientos nuevos,
Pero los mismos ojos me rodeaban
Con sus mascaras tristes, otras veces
Alegres como pájaros nobles, pero libres.
b-
Todas las casas tienen su cerradura amable.
Están de par en par civilizadas.
Adentro están las manos esperando
El corazon dolido por el hambre.
Y aunque no haya alimento, el amor nunca falta.
Exagero, quizá, quizá hasta miento.
Pero mi pueblo tiene su corazón tan blanco,
Que atrae los suspiros de los enamorados.
Jamás olvidé nada, aun llevo cargando
Su mirada ligera, su risa fresca y pura
Como sus primaveras, apretadas de sombras florecidas.
En los arboles verdes y jugosos
Colgadas jugueteaban con el viento
Las delicadas peras amarillas
Que aquietaban mi estomago desierto.
c-
Muy lejos de mi casa, lloré solo.
Mi pueblo estaba ausente, yo tan triste,
Que agrietaba los muros del silencio,
Que acompañan al hombre abandonado.
Nostalgias alumbraron mi camino
Hasta poder sentir la negra sombra
Que refleja la muerte cuando pasa.
En el trayecto abrupto, Dios no estaba,
Pero si su mirada, consolando
Mi corazon herido por la senda
Que el mísero camino me mostraba.
Después de aquellos dias vi el ocaso
Abierto ante mis ojos desvalidos
Por el cansancio atroz de la jornada,
Las lagrimas volaron, y la vida
Mostrabase ante mi, tan colorida
Que la tristeza huyó desvanecida
Por el aspecto alegre de mi cara.
german g
a-
Estuve donde nadie quiso nunca.
Allí nací, allí conocí el hambre.
Descubrí las palabras de los pobres
Y conocí el lenguaje de las piedras.
Hubo largos silencios en mi cama,
Pobre cama, sufrida como el alma de mi madre;
Opaca y doblegada, por el antiguo beso de mi padre.
Las noches eran largas y sagradas,
Olorosas a humo, a flor, a hierba...
Cada día soplaban vientos nuevos,
Pero los mismos ojos me rodeaban
Con sus mascaras tristes, otras veces
Alegres como pájaros nobles, pero libres.
b-
Todas las casas tienen su cerradura amable.
Están de par en par civilizadas.
Adentro están las manos esperando
El corazon dolido por el hambre.
Y aunque no haya alimento, el amor nunca falta.
Exagero, quizá, quizá hasta miento.
Pero mi pueblo tiene su corazón tan blanco,
Que atrae los suspiros de los enamorados.
Jamás olvidé nada, aun llevo cargando
Su mirada ligera, su risa fresca y pura
Como sus primaveras, apretadas de sombras florecidas.
En los arboles verdes y jugosos
Colgadas jugueteaban con el viento
Las delicadas peras amarillas
Que aquietaban mi estomago desierto.
c-
Muy lejos de mi casa, lloré solo.
Mi pueblo estaba ausente, yo tan triste,
Que agrietaba los muros del silencio,
Que acompañan al hombre abandonado.
Nostalgias alumbraron mi camino
Hasta poder sentir la negra sombra
Que refleja la muerte cuando pasa.
En el trayecto abrupto, Dios no estaba,
Pero si su mirada, consolando
Mi corazon herido por la senda
Que el mísero camino me mostraba.
Después de aquellos dias vi el ocaso
Abierto ante mis ojos desvalidos
Por el cansancio atroz de la jornada,
Las lagrimas volaron, y la vida
Mostrabase ante mi, tan colorida
Que la tristeza huyó desvanecida
Por el aspecto alegre de mi cara.
german g
Yo soy el camino la verdad y la vida
Jesucristo
Jesucristo