Poema=
TOMA MI MANO
Caminando voy, esta larga marcha no me detiene.
Mis pies me piden descansar, mi cuerpo ya no resiste.
Piedras en el camino, obstáculos, retos más severos.
No me detengo... ¡Sigo adelante!
Escucho murmullos, hablan a mis espaldas.
¡No me interesa! ¿Acaso debiera hacer caso?
No me detengas, por aquí sigo.
Por allá voy, en ese eterno camino.
Buscando una esperanza.
Buscando una señal de vida.
Buscando a Dios.
Miro por todos lados, observo atentamente.
Cómo se mueven todos, cómo camina mi gente.
Cómo logramos todos, después de 24 horas,
acabar con la misma rutina, el mismo acto.
Mas la esencia de la misma no está en qué hacemos,
sino en cómo lo hacemos.
¿Te quiso decir algo aquello? Espero que sí.
Todo lo que hagas, todo lo que hagamos.
Démosle su valor, su importancia.
Jose Manuel, ¿me lees? Aquí estoy yo,
hago eco de tus sabias palabras.
De lo que Dios, en tí, quizo decir.
Miro por todos lados. Te miro a tí, desdichado.
Veo en tus ojos la pesadez del día.
La injusticia del mundo. Te miro fijamente.
No me temas, yo no pretendo burlarme de tí.
Sólo te digo: ¡Toma mi mano!
Te ofrezco mi ayuda, camina conmigo... caminemos.
Almas solitarias que vagan todas las noches,
buscando en la luz de las estrellas
las ansiadas respuestas a sus problemas,
a sus siempre constantes preguntas:
¿Qué será de mí? ¿Qué hice para vivir así?
¿Dios existe? ¿Por qué no se nos manifiesta?
Las respuestas, aunque tardes, suelen llegar.
Y cuando llegan, te colman de felicidad.
Nos alegramos todos, pues hemos aprendido
a ser verdaderos hermanos, ser uno solo.
Recibiste la ayuda. ¡Qué gran felicidad!
Sigo dando pasos por la calle, oscura, misteriosa.
El peligro acecha, mas no temo.
Dios me ha enviado ángeles a esta tierra.
Palabras, gestos, muestras de afecto y de amor
que ahora percibo. Benditos ángeles míos.
Ángeles de la tierra, que rescatan aquello divino
que en el cielo gozan de tener: el sentir Amor. Respeto. Solidaridad.
Ángeles que nos muestran el camino,
mas somos nosotros los que debemos recorrerlo
para encontrar al final del mismo nuestro destino... nuestra verdad.
Sale el sol: comienza un nuevo día... ¡Levántate!
El mundo te espera... ¡Sal a su encuentro! ¡Búscalo!
El mundo se te muestra a los ojos, sólo debes mirarlo.
Está en el ser desvalido, andrajoso, harapiento,
que sólo te pide esa minúscula moneda
para saciar necesidades comunes.
Que no te importe en saber si hará buen uso de esa moneda.
El mundo... está en aquél ser triste, melancólico,
frustrado por las cosas de la vida, decepcionado.
¡Acércate! Dale tu palabra de aliento, no lo abandones.
Necesita de tí, necesita de tu verbo, necesita un "Estoy contigo".
El mundo está en aquél que, abatido por dentro,
inestable quizás, no sabe qué hacer.
Dale el soplo de aliento, hazle brotar el suspiro,
signo de que todo está mejor.
Siente la agradable sensación al haber ayudado a tu propia sangre,
a tu propia carne... ¡A tu propio hermano! ¡A tí mismo!
Siente la vida. Siente la vibra de respirar, de sentir el mundo,
de vivir la vida. De poder amar, respetar, ayudar.
Y yo sigo aquí. Quizás apenas estoy comenzando.
Me alegra el saber que no habrá nadie que me mueva,
que me aparte de este mi camino.
Ni siquiera el mismo Dios, pues esto ahora lo tengo,
por siempre, marcado en mi piel, en mi esencia,
en mi conciencia.... En Mi Ser...
Dios, reflejo de eterna luz, nos da la oportundidad
de vivir como debíamos serlo desde hace tiempo: Como Hermanos.
Ahora intentémoslo recuperar tan preciado don
que una vez se nos fue entregado.
Te veo, mi querido ser desdichado.. No temas...
¡Toma Mi Mano!
LÁGRIMAS DEL SOL
Derechos de Autor Reservados ©
15 de octubre de 2006 |