
sigiloso como un lobo herido
y en el fuego de tus ojos hechizaste
este corazón adormecido…
Lentamente vas quitando mi vestido
y es el roce de tus dedos cautivantes
los que alertan uno a uno mis sentidos…
Más no puede la razón por más que quiera
hacerme escapar de tus caprichos…
Prisionera de tus brazos tomo forma
al contorno de tu cuerpo embravecido
y en los besos que dibujas en mis labios
van creciendo los latidos…
Es la llama de la hoguera de tu lengua
la que forma los senderos en mi cuello
y florecen los jazmines de mis pechos
al encanto que seduce mi consciente…
En las ráfagas del viento cabalgamos
las pasiones que cantaban nuestros cuerpos…
Fuimos uno, en el instante más perfecto,
susurrando en cada poro los “te quiero”…
Has venido a mis sueños esta noche
y robarme los suspiros…