Con esta muestra de mi versar, desarrollandu un tema sumamente delicado, hago mi presentación ante vosotr@s en este foro
con el deseo de que lo que escribo sea de vuestro agrado, y que éste
sea el comienzo de largas y fructíferas amistades.
Un abrazo a tod@s;
Félix
Miel de Lesbos
En suave lecho de plumón tendidas,
dos ninfas núbiles de tersa piel,
duermen un plácido sopor: caricias
antes gozadas.
Una inconsciente mano abarca un pecho,
una caliente boca estampa un beso
en un desnudo hombro, tierno y fresco.
Se desperezan.
Da así comienzo el juego nuevamente.
Un leve roce, la pasión desata:
hay una mano que acaricia un vientre
arden los cuerpos.
Brazos que abrazan esa carne leve,
bocas que buscan de placer rincones,
lenguas ardientes recorriendo pliegues,
vientres que tiemblan.
Todo es dulzor y devoción ansiosa;
son leves roces, suavidad, ternura,
dos seres aman.¿Es que el sexo importa?
Sólo hay amor.
Las dos mujeres, configuran una.
Un solo ser es del amor esencia;
la conjunción de las caricias puras
eleva el alma.
La sinfonía de gemidos leves,
en un adagio de sublimes tonos,
va incrementando una emoción ardiente.
Todo lo arrasa
Dos bocas muerden sin piedad las lenguas
en delicioso pugilato breve
por ocupar las cavidades.
Salen triunfantes.
Los dos alientos ya conforman uno.
Los corazones palpitando unidos.
Y esos dos cuerpos. apretados, juntos,
marcan el ritmo.
Y la pasión cabalga en ambos sexos,
frota las vulvas con furor ardiente;
manos que oprimen las caderas luego,
mágico instante.
Cuando el placer, como torrente, inunda
las cavidades de los cuerpos tensos,
desaparecen esas quejas mudas.
¡Aria que estalla!
Luego el silencio...
La convulsión, en ambos pechos calma,
y se sosiega la agitada sangre:
los extenuados cuerpos se relajan.
Vuelve el sopor.
Félix Gala.