Condenada
a vivir vagando entre
las sombras de los sueños
sacando silentes tonos de
de un corazón roto.
Condenada
con garras hirvientes
aferrandose a los petalos de la vida.
Sintiendo en el pecho la miel de tu vid.
Suspiros en extasis que vuelan hacia lo eterno
Condenada
A soñarte en las profundidades.
Oliendo tu embriagador aroma
Sintiendo la llama de la pasión
que enciende el calor
de la sangre en mis venas.
Sueño etéreo
hechizos de ansías locas
Quemandome en este fuego eterno
con deseos de morder esa boca
y de untarme a ese cuerpo
piel con piel
en erotismo ciego...
Pero...
aquí estoy...
Condenada
por que no te tengo
Marion