que me muestres la señal que permita llevarte a solas a la eternidad de mi mundo,
un oasis creado sólo para los dos,
donde pueda expresarte todos mis sentimientos,
donde la soledad; mi cruel martirio,
no tenga oportunidad de atormentarme,
un lugar donde la fiebre que tienen mis labios por besarte,
sane instantáneamente,
porque si llego a juntar mis labios con los tuyos
y logro musitar a tu oído con palabras que llenen tu corazón,
entenderás el amor que llevo tanto tiempo conmigo; y así,
podremos ver sólo los dos un hermoso cielo estrellado; y,
por qué no también, una cómplice luna que cerrará sus ojos
para no interrumpir el intenso momento vivido,
porque hoy tengo tantas caricias por entregarte
y muchos besos que a la distancia se ven perdidos
porque como lo afirmé en algún instante,
mi amor es tan completo,
incondicional y sólo tuyo,
mi amor es incapaz de olvidar lo vivido,
mucho menos lo prometido,
él quiere ser como el niño
que sólo desea sentirse amado,
que intenta y sigue intentado
impregnar en tu mente y tu corazón,
el tatuaje de los momentos compartidos,
porque tal vez, en su ilusión frustrada
intentó en alguna ocasión convertirse en una enredadera,
que subiría por todo tu cuerpo y al crecer como liana traviesa,
intentaría tocar cada fibra, cada nervio,
llenándote de todo el amor que tengo,
un amor que no tiene medida
pero que necesita ser transmitido.