Los cuerpos
Publicado: Mié Ene 14, 2009 02:26
Si pintar puedo aquéllo
que más quiero, quiero pintar cuerpos,
desnudos en la cama, abrazados, fundidos,
metidos el uno en el otro, entrelazados
como trampas, cuerpos de senderos
extraños, sudorosos, relucientes,
entregados, vencidos, poderosos,
amantes y amados: cuerpos que el placer
beben a cántaros, que se desprenden
del material más preciado
para sin duda alguna regalarlo,
penetrarlo, rociarlo, cuerpos
generosos otrora amargos,
displicentes y enervados,
ahora cual milagro, son lo dulce,
lo abierto, las flores, los dioses
sonrientes, son ángeles que navegan
entre sábanas convertidas
en un mar de pasiones.
Los cuerpos se buscan, desean,
se encuentran y se sumen en una oración
prodigiosa, un silencio de las almas,
un brollar de la fuente más clara,
un preñarse todos los rincones
de luz esplendorosa,
los cuerpos barren las tristezas,
la angustia, el miedo, el terror,
el futuro, el pasado, la culpa y el dolor,
edifican gozosos el templo
más preciado que no es el del amor,
si no el sexo libremente escampado
como la lluvia que arrecia
en tormenta de verano, cual pétalos
de rosa esparcidos por el viento.
que más quiero, quiero pintar cuerpos,
desnudos en la cama, abrazados, fundidos,
metidos el uno en el otro, entrelazados
como trampas, cuerpos de senderos
extraños, sudorosos, relucientes,
entregados, vencidos, poderosos,
amantes y amados: cuerpos que el placer
beben a cántaros, que se desprenden
del material más preciado
para sin duda alguna regalarlo,
penetrarlo, rociarlo, cuerpos
generosos otrora amargos,
displicentes y enervados,
ahora cual milagro, son lo dulce,
lo abierto, las flores, los dioses
sonrientes, son ángeles que navegan
entre sábanas convertidas
en un mar de pasiones.
Los cuerpos se buscan, desean,
se encuentran y se sumen en una oración
prodigiosa, un silencio de las almas,
un brollar de la fuente más clara,
un preñarse todos los rincones
de luz esplendorosa,
los cuerpos barren las tristezas,
la angustia, el miedo, el terror,
el futuro, el pasado, la culpa y el dolor,
edifican gozosos el templo
más preciado que no es el del amor,
si no el sexo libremente escampado
como la lluvia que arrecia
en tormenta de verano, cual pétalos
de rosa esparcidos por el viento.