TE SOÑÉ SOÑANDOME
Publicado: Dom May 29, 2011 01:57
TE SOÑÉ SOÑANDOME…
Por: Douglas J. Álvarez M.
Mas allá de lo permitido,
donde el sol se confunde con el ocaso de tus caricias,
¡deseos sin pudor!, la pasión reverdece en las áridas estepas de mis
anhelos prohibidos, cual fiera ante su presa,
tu incisiva mirada invade lo profundo de mis caprichos
mordiendo cada parte de mis sentidos,
rasgas mi vergüenza arrebatando el sosiego de mí tranquila paz.
Jovial picardía, pueril inocencia, vestida de ángel,
tus olas besan la orilla de mis fantasías,
te soñé soñándome arropado con tu piel bajo las
estrellas mientras el mar nos arrullaba con la
fugaz nota del vaivén de tus agitadas mareas.
Inquisidoras tus manos, hicieron de mi geografía un
lienzo nocturno donde el aroma de tu lírica melodía
atravesó la inverosímil ensenada que separa lo
terrenalmente divino de lo divinamente terrenal.
Renuentes mis deseos, intranquila tu ansiedad,
mi piel urge de tus caricias,
mi viril fortaleza invade la jaula de tus húmedos anhelos
haciéndome preso de tu intimidad, néctar de tu capullo,
el terciopelo de tus llanuras esculpe tu sinuosa silueta en
los vírgenes pétalos que caen en la primavera
ocultando de mi ardiente verano.
Maja de exquisita elegancia, estatuaria belleza,
atas mis manos a tus colinas, ¡lías mis labios con tu boca!,
rauda y veloz, con sigilo te apoderaste de mi espacio,
entre tormentas y truenos mi regazo cubrió tu norte e
ilumino el sur de tus fantasías.
Tu andar cadencioso navega sin rumbo aparente por el
exquisito sabor que dejan tus feromonas,
el zafiro de tu translucida mirada transgredió el umbral de mi sosiego.
Por: Douglas J. Álvarez M.
Mas allá de lo permitido,
donde el sol se confunde con el ocaso de tus caricias,
¡deseos sin pudor!, la pasión reverdece en las áridas estepas de mis
anhelos prohibidos, cual fiera ante su presa,
tu incisiva mirada invade lo profundo de mis caprichos
mordiendo cada parte de mis sentidos,
rasgas mi vergüenza arrebatando el sosiego de mí tranquila paz.
Jovial picardía, pueril inocencia, vestida de ángel,
tus olas besan la orilla de mis fantasías,
te soñé soñándome arropado con tu piel bajo las
estrellas mientras el mar nos arrullaba con la
fugaz nota del vaivén de tus agitadas mareas.
Inquisidoras tus manos, hicieron de mi geografía un
lienzo nocturno donde el aroma de tu lírica melodía
atravesó la inverosímil ensenada que separa lo
terrenalmente divino de lo divinamente terrenal.
Renuentes mis deseos, intranquila tu ansiedad,
mi piel urge de tus caricias,
mi viril fortaleza invade la jaula de tus húmedos anhelos
haciéndome preso de tu intimidad, néctar de tu capullo,
el terciopelo de tus llanuras esculpe tu sinuosa silueta en
los vírgenes pétalos que caen en la primavera
ocultando de mi ardiente verano.
Maja de exquisita elegancia, estatuaria belleza,
atas mis manos a tus colinas, ¡lías mis labios con tu boca!,
rauda y veloz, con sigilo te apoderaste de mi espacio,
entre tormentas y truenos mi regazo cubrió tu norte e
ilumino el sur de tus fantasías.
Tu andar cadencioso navega sin rumbo aparente por el
exquisito sabor que dejan tus feromonas,
el zafiro de tu translucida mirada transgredió el umbral de mi sosiego.