Bebiendo de tus Fuentes
Publicado: Vie Dic 14, 2018 21:06
(Alejandrinos, rima consonante)
Después de paladear desde "tus prominentes"
calladamente imaginaba en tu pecho;
tú, acariciabas dulcemente en mi frente,
susurrando en la paz de aquel blando lecho
canciones llenas de amor de adolescentes.
Me imaginaba un mundo incandescente,
una gloria llena de fragancias celestiales,
lejos del ruido y del eco de otras gentes.
Beber con pasión las fuentes de tus manantiales
aguas cálidas, pero puras y transparentes.
Desperté, y me hallé allí desamparado,
no encontraba la luminaria de tus ojos.
¡Dios mío! ¿Pero es qué me ha abandonado?
A mi alrededor solo cardos y abrojos;
y me sentí tan tristemente desconsolado.
¡Dónde existes amor mío, que no atino!
Todo se volvió tan horrible y tenebroso.
¡Dónde estás! ¡Dónde se encuentra mi destino!
Y me disuelvo en aqueste profundo pozo;
y allí se quedó mi corazón masculino.
Sin ti, sueño imposible, me llama la muerte,
pues la espiración quiero un millón de veces
a la idea de no volver tener la suerte
de sentir los aromas de tu cuerpo con creces.
Y aquí me tienes, desvaído e inerte.
Después de paladear desde "tus prominentes"
calladamente imaginaba en tu pecho;
tú, acariciabas dulcemente en mi frente,
susurrando en la paz de aquel blando lecho
canciones llenas de amor de adolescentes.
Me imaginaba un mundo incandescente,
una gloria llena de fragancias celestiales,
lejos del ruido y del eco de otras gentes.
Beber con pasión las fuentes de tus manantiales
aguas cálidas, pero puras y transparentes.
Desperté, y me hallé allí desamparado,
no encontraba la luminaria de tus ojos.
¡Dios mío! ¿Pero es qué me ha abandonado?
A mi alrededor solo cardos y abrojos;
y me sentí tan tristemente desconsolado.
¡Dónde existes amor mío, que no atino!
Todo se volvió tan horrible y tenebroso.
¡Dónde estás! ¡Dónde se encuentra mi destino!
Y me disuelvo en aqueste profundo pozo;
y allí se quedó mi corazón masculino.
Sin ti, sueño imposible, me llama la muerte,
pues la espiración quiero un millón de veces
a la idea de no volver tener la suerte
de sentir los aromas de tu cuerpo con creces.
Y aquí me tienes, desvaído e inerte.