Te Necesito
Publicado: Lun Nov 21, 2011 02:15
Necesarias son las voces que nos dicen que un futuro mejor es posible. Necesarias son las personas que acomodan en sus pensamientos sanas conclusiones.
Fue un nuevo amanecer el que me ayudó a verte, fue una azucena de blancas hojas la que me dio fuerzas para soportar la desdicha. Necesarias fueron tus sonrisas que amplificaron mi voz y me dieron entereza. Necesarias tus caricias que apaciguan en noches de brillantes lunas, aprovechando que las hadas duermen para ocultar nuestros secretos.
En mi camino nació un horizonte de blanca luz, tu. Y necesarias fueron mis proezas, y tus proezas. Cuando me pregunten que he estado haciendo en mi camino contestaré: el camino, cuando te pregunten por mi diles que estoy contigo. Necesarias son a veces las lágrimas que tu acomodas con el hombro, y que me da la afable sensación de ser afortunado. Necesito que me necesites y necesitarte quiero, y lo gritaré a los cuatro vientos si hace falta. Porque no hay león ni hiena, ni dragón, ni orco, ni esfinge, ni serpiente, ni pantera que espante nuestro caminar.
Pues tengo ganas de ti a cada instante, como caminante del desierto buscando un oasis que le amaine la sed. Necesarias son las hojas de los arboles brotando en primavera, como tu vestir, son tus hojas mis diamantes, son mis alas tus andares.
Te necesito, cada día, cada instante, te necesito como el agua, te necesito como el aire. Te necesito en mis aciertos, en mis errores, con el ruido y el sosiego, porque cuando estas conmigo me convierto en la persona que quiero ser. Necesito que me beses otra vez más de mil veces, porque es precioso sentir cada uno de tus besos, que son como trocitos de mi alma, que son como parar el tiempo. Te necesito, ¡oh dios!, cuanto te quiero, que no salga el sol mañana, que no destelle su luz si así no fuera. Te necesito como mi Dulce Estrella Siempre Iluminada, pues el embriagante abalorio que se ciñe alrededor de tu mirada me encoje el pecho, en una ternura que ningún mortal podría imaginar.
Y gritare tu nombre para agitar el horizonte, y lloraré de amor si así me corresponde. Necesarias son las ramas que alimentan este fuego, no lloréis ángeles, no lloréis, pues me han bendecido desde el cielo.
Fue un nuevo amanecer el que me ayudó a verte, fue una azucena de blancas hojas la que me dio fuerzas para soportar la desdicha. Necesarias fueron tus sonrisas que amplificaron mi voz y me dieron entereza. Necesarias tus caricias que apaciguan en noches de brillantes lunas, aprovechando que las hadas duermen para ocultar nuestros secretos.
En mi camino nació un horizonte de blanca luz, tu. Y necesarias fueron mis proezas, y tus proezas. Cuando me pregunten que he estado haciendo en mi camino contestaré: el camino, cuando te pregunten por mi diles que estoy contigo. Necesarias son a veces las lágrimas que tu acomodas con el hombro, y que me da la afable sensación de ser afortunado. Necesito que me necesites y necesitarte quiero, y lo gritaré a los cuatro vientos si hace falta. Porque no hay león ni hiena, ni dragón, ni orco, ni esfinge, ni serpiente, ni pantera que espante nuestro caminar.
Pues tengo ganas de ti a cada instante, como caminante del desierto buscando un oasis que le amaine la sed. Necesarias son las hojas de los arboles brotando en primavera, como tu vestir, son tus hojas mis diamantes, son mis alas tus andares.
Te necesito, cada día, cada instante, te necesito como el agua, te necesito como el aire. Te necesito en mis aciertos, en mis errores, con el ruido y el sosiego, porque cuando estas conmigo me convierto en la persona que quiero ser. Necesito que me beses otra vez más de mil veces, porque es precioso sentir cada uno de tus besos, que son como trocitos de mi alma, que son como parar el tiempo. Te necesito, ¡oh dios!, cuanto te quiero, que no salga el sol mañana, que no destelle su luz si así no fuera. Te necesito como mi Dulce Estrella Siempre Iluminada, pues el embriagante abalorio que se ciñe alrededor de tu mirada me encoje el pecho, en una ternura que ningún mortal podría imaginar.
Y gritare tu nombre para agitar el horizonte, y lloraré de amor si así me corresponde. Necesarias son las ramas que alimentan este fuego, no lloréis ángeles, no lloréis, pues me han bendecido desde el cielo.