DESVARIOS
Publicado: Mar Sep 17, 2019 05:45
Desvaríos
Y no quiero llorar pero gritan mis ojos
exclaman húmedamente tu nombre
y entiendo que no estás aquí
aunque el susurrar de tu piel me congele
estremezca con migajas de ternura a mi razón
desintegre de mi memoria las espinas
que profundas sembraste en mi corazón.
Muy de pronto y sin entenderlo todavía
unos luceros continuos, eternos, naufragados
arrancados a la unicidad de tu mirada.
Conquista mi boca tu miel
tu sábana femenina… intacta ilusión
cada gemido chispeante de tu respirar
motivo olvidado de mi galopante emoción.
Cubiertos los cielos de desolación
la hora perdida en el cansar de mis ojos
y sólo sé que te amo sin vacilación menor.
A este cómplice momento estoy abnegado
a tu sonrisa en la oscuridad de un parpadeo
al paraíso de tu cintura desnuda me he entregado.
Con delicia escucho el himno de tu voz
me pides el beso que se marchitaba humillado
que se colgó en la simiente de mi esperanza
y yo lo entrego preso de tu aroma a locura
encandilado a tu canto a la absurdidad
a tu veneno… antídoto de mi amargura
Y no quiero llorar pero gritan mis ojos
cansados de arrullar un río de sueños
y entiendo que no estás aquí
que la pena nuevamente se puso a imaginar
que este momento a tu lado no existe
que entre mil desvaríos te tengo que olvidar.
-Josman-
Y no quiero llorar pero gritan mis ojos
exclaman húmedamente tu nombre
y entiendo que no estás aquí
aunque el susurrar de tu piel me congele
estremezca con migajas de ternura a mi razón
desintegre de mi memoria las espinas
que profundas sembraste en mi corazón.
Muy de pronto y sin entenderlo todavía
unos luceros continuos, eternos, naufragados
arrancados a la unicidad de tu mirada.
Conquista mi boca tu miel
tu sábana femenina… intacta ilusión
cada gemido chispeante de tu respirar
motivo olvidado de mi galopante emoción.
Cubiertos los cielos de desolación
la hora perdida en el cansar de mis ojos
y sólo sé que te amo sin vacilación menor.
A este cómplice momento estoy abnegado
a tu sonrisa en la oscuridad de un parpadeo
al paraíso de tu cintura desnuda me he entregado.
Con delicia escucho el himno de tu voz
me pides el beso que se marchitaba humillado
que se colgó en la simiente de mi esperanza
y yo lo entrego preso de tu aroma a locura
encandilado a tu canto a la absurdidad
a tu veneno… antídoto de mi amargura
Y no quiero llorar pero gritan mis ojos
cansados de arrullar un río de sueños
y entiendo que no estás aquí
que la pena nuevamente se puso a imaginar
que este momento a tu lado no existe
que entre mil desvaríos te tengo que olvidar.
-Josman-
