Es un placer tan inmenso
que siento al abrir un libro,
me noto vivir y vibro
ante un goce tan intenso.
Es una aventura y pienso
que no hay mayor sensación,
sumirte en la narración
y olvidarte de la vida,
sanas al tiempo la herida
que causa la postración.
Compartir la travesía
con el pirata y corsario,
las aventuras que a diario
con Sandokan yo tenía.
Y era dulce fantasía
que encontraba en la novela,
donde la dulce Isabela
novia del bravo pirata,
a bordo de su fragata
encuentra el amor que anhela.
¡Tengamos sueños grandiosos!
vivan grandes aventuras,
penetren en las locuras
de hidalgos caballerosos.
Fueron de gestas gloriosos
el armado Don Quijote,
pues fue sin duda el azote
de ladinos y truhanes,
evitando sus desmanes
con su "rocinante" al trote.
Hoy vive en melancolía
el libro por nuestra ausencia,
pues no percibe presencia
del lector que ayer tenía
los ojos que le leía.
Y ellos hoy, lo que no saben
que en la "tele" no describen,
por más que algunos pretendan,
de la "caja tonta" aprendan
más, que de aquellos que escriben.
©Roberto Santamaría