
No me seáis querellosa
sabiendo que bien os quiero,
el tino cobrad, mi rosa,
pues me afligís por entero.
Jamás este caballero
os causaría dolor,
ni siquiera el más ligero
¡porque sois mi gran amor!
Y si os han dicho otra cosa
parad mientes, mi lucero,
que la gente es envidiosa
y existe tanto embustero.
Vos sabéis que yo prefiero
hablar todo y sin temor,
nunca os hiciera algo fiero
¡porque sois mi gran amor!
Pues sin tiento y licenciosa
y a veces sin asidero
la gente habla por ociosa,
por pasar el día entero.
Amada mía, os reitero:
soy vuestro fiel amador,
que por vos existo y muero
¡porque sois mi gran amor!
Envío
Señora: de una que quiero
ayer defendí el honor,
pero erais vos, mi lucero,
¡porque sois mi gran amor!