
El cerúleo mirar de sus ojos
arrebátame sin darme salida
siendo inútil la huída
pues teniéndome de pronto de hinojos
¡para in sécula le diera mi vida!
Mas, si líbrome de hallar su mirada
una insólita cuestión me sucede:
en mi alma nada puede
prender… ¡Tierra apartada
donde el líquido elemento no accede!
De una sola ojeada
ella deja opacada
¡a la misma claridad que el sol cede!