Despierto en un alba gris,
es invierno.
Llueven grandes gotas de agua,
como lágrimas de titanes cayendo del cielo,
chocan contra mi ventana
para sacarme de mi sueño,
un nuevo día gris parece haber nacido en mi cielo.
Sentado en la orilla de mi cama me desperezo,
mientras un pequeño rayo de luz
se cuela para tumbarse sobre mi lecho,
en ese hueco vacío que yo tantas mañanas lleno
con mi mirada distante pérdida por los recuerdos,
pero hoy mis ojos
no encuentran el río de tú pelo negro,
inundando la blanca seda de los encuentros...
¡¡Los titanes han dejado de llorar
y sus voces no resuenan en mi cielo!!
mi cabeza se confunde,
no distingue realidad de sueño...
¿quizás el llanto de los titanes
me despertó en uno de ellos?
pero en la realidad sigo dormido
y al despertar volveré a buscar,
en el vacío,
que cada amanecer encuentro.
No puedo hacer caso a mis ojos
tengo que buscar más dentro...
...Mis manos recorren el blanco lienzo
pero hoy no hallan ningún hueco,
esa luz clandestina
tapa las sombras del recuerdo.
¡¡El gris del día se disipa
un cálido sol comienza
a levantarse en el cielo!!
...los titanes se han dormido
y yo se que estoy despierto,
porque siento el calor del sol
que no se siente en los sueños...
Quiero abrir mi ventana
para que el sol me bañe y vaya encendiendo,
la obscuridad de la alcoba
y mate los amaneceres negros.
¡¡Que la lluvia,
solo llueva para regar los campos,
donde crezcan flores
que perfumen cielo y suelo!!
... y yo pueda encontrarte tendida
bajo la sombra de un árbol repleto,
con el blanco del azahar
que empapa todos tus versos.
¡¡Ahora no estoy dormido
porque te llevó muy dentro!!