danzan en la penumbra los fantasmas,
sé que vendrán y me siento aturdido,
aunque sean sombras que carecen de almas.
No sé como secar el caudal de recuerdos
que fluyen en silencio turbando mi memoria,
cuanta nostalgia recorro a pasos lerdos
tratando de olvidar tantos años de historia.
Me asusta y enloquece su rostro en el espejo
y hasta oigo sus pisadas por todo el aposento,
si miro el horizonte me devuelve el reflejo
de esos ojos sin vida que hoy son mi tormento.
Aún sigo escuchando sus pasos a mi espalda
como vagos susurros que se los lleva el viento,
son huellas indelebles tatuadas en el alma…
que no logro borrar por mucho que lo intento.
Cae la noche ya el sol ha enmudecido...
hoy danzan los fantasmas entre sombras de olvido.
María B Núñez