
Recuerdo en silencio la mañana de ayer
la plaza alborada, la procesión se iniciaba,
llevas en la mano, un centillero que te llenaba de luz,
y sin poder decirte algo, nunca perdí tu mirada.
Quizás tú sin darte cuenta, mis ojos se deslumbraban,
el sol arreciaba muy fuerte y tú seguías adelante,
pues por ratos yo sentía, que tus ojos me miraban,
solo tuve que decir- vamos, seguid que eres un caminante.
Vi tu mirada empeñada, en tu divina devoción,
pues así lo quiso el Señor y yo te seguí fotografiando,
quizás hoy tenga razón, pues vives en mi corazón,
y pasan muy duros los días y yo te sigo extrañando.
Dime quizás que estoy loco, que esto no pude suceder,
pero es así es mi sentimiento y no lo voy a negar,
hoy pido al Dios divino, que quiero volverte a ver,
y poderte yo decir, que aún no te pude olvidar.
Hice mil cosas, para volver a encontrarte,
pero hallé solo silencio, cuando volví a tu lugar,
no pude yo preguntarte, donde podía hallarte,
solo me vestí de tristeza y me tuve que regresar.
Yo vivo en ti pensando, y pensando volverte a encontrar,
espero que me recuerdes, pues yo nunca te he olvidado,
pues fue en tu devoción, cuando yo te empecé amar,
hoy pido perdón al Señor, porque sé que es pecado.