un blanco amuleto.
Lo tengo guardado
en un cofrecito.
Cuando salgo...
cuando salgo
lo escondo en mi ropa
y nadie lo sabe.
El blanco amuleto
que llevo escondido
me consigue...
me consigue
si yo se lo pido,
alguna alegría:
la triste alegría
de encontrarme solo.
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Mariano Bequer
El Callao, 02/06/67