
Mi Angel Protector

Empezaré por contarles que fuí la rebelde de mi casa, ahora que ha pasado el tiempo
he pensado que fuí así, gracias a la libertad que me brindó mi abuela para que volará
con mis alas propias.
Pués bien tenía yo 17 años, me había comprado mi primer coche, aprendí a conducir sola,
mi madre se infartaba y mi abuela me festejaba, a las dos semanas de haber aprendido
tome carretera acompañada de mi sobrino que aún era un niño de tan solo 9 años, había
un tramo de la carretera con muchas curvas, algunas muy cerradas y peligrosas, con un
carril de ida y otro de venida, en ocasiones con desfiladero a un lado, ambos ibamos
muy contentos viviendo mi primera experiencia en carretera, de pronto al salir de una
curva, cuando apreté el acelerador el coche no respondio, y por el espejo retrovisor
me fijé que salía humo de algún lado en la parte trasera del coche, asi que orillé el
coche, descendí y me lleve tremendo susto, la llanta trasera estaba desecha, prendida
de un pequeño tramo al rin, de ahí en fuera parecía que le habían metido un cuchillo
para desprenderla, me dije: no queda otra que hay que cambiarla para continuar el viaje,
pero.... como se cambia la llanta de repuesto? yo era una novata, ha si, lo había visto
parecía de lo mas fácil, pero no crean, tenía que poner primero el gato, si ese que no
maulla, el otro que tiene que subir el coche para poder hacer el cambio, lo intentamos
pero no nos salia nada bien, de pronto se orilló un trailer de esos que conducen la
gasolina, por fin alguien nos ayudaría, luego se orillo otro, ambos pusieron manos a la
obra, pero.... le faltaba aire a la llanta de repuesto y ellos no podían llenarla,
estaban pensando en desmontarla, llevarla y volver con ella ya con el aire exacto, pero
eso acarrearía problema para ellos que tienen un tiempo establecido para entregar su
carga.
De pronto del otro lado de la carretera se orilla una troca grande, cargada de madera
yo escucho que quien la maneja les dice que si puede ayudarles en algo? le responden
que necesitan aire para la llanta y el amablemente les dice yo les ayudo, yo traigo aire
desmontan la llanta, y la llevan con el señor, recuerdo muy bien hasta como estaba
vestido, tenía botas vaqueras, pantalones color caqui al igual que una delgada chamarra,
bajo la cual traía una camisa vaquera a cuadros, y una tejana color claro, yo no logre
verle la cara, las veces que lo intenté, el bajaba el rostro y la tejana se lo cubria,
el caso es que cuando llenaron la llanta, la trajeron de regreso, la pusieron en el
coche, me dijeron que irìan tras de mi hasta mi destino para que llegara con bien, no
me fije en que momento se fue el señor de la troca, fue como si hubiera desaparecido
tal y como habia aparecido, el caso es que despues de dos horas mas de conducir, y
trayendo atras de mi a los señores de los trailer, como es posible que vea nuevamente
al señor que nos ayudo, si no nos rebaso, estaba en el ultimo entronque, cuando fije
mi vista en el, me hizo una inclinación con su cabeza como saludo, logre verle su sonrisa,
pero no su cara completa.
Cuando regresamos a casa, les contamos nuestra experiencia, mi abuela se quedó pensativa
y mi madre se soltó llorando, pues yo le habia descrito a mi padre que falleció
cuando yo tenía tres meses de nacida, me contó que el solia vestir asi, y que hacía
viajes del rancho a la ciudad con la troca cargada de madera. En ese momento pensé
que mi padre fue el angel que nos cuido, es curioso, pero le he visto mas veces,
siempre sonrie, aunque nunca he logrado verle sus ojos, quizás algun día lo logre.

© Hamuleto ®
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