
“EL BESO”
¡Y yo que moriría por un beso,
robado de tu dulce y bella boca,
es por esta pasión, que en mi provoca,
arrebato excitante de embeleso!
¡Ahora que de ti quedé yo preso,
de esta locura, que ya mi alma toca,
este mi corazón a Dios invoca,
el gran amor que yo por ti profeso!
Tus labios como esencia de la vida,
hallé en aquel momento tan ardiente,
dispuesta estabas tú para la huida.
Tu presencia soñada y hoy ausente,
torturan cual castigo de la druida,
que ya son, mi pasado y mi presente.
©Roberto Santamaría
Collado Villalba 05/03/2010